
El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, es uno de los servicios más concurridos de la Ciudad de México, volvió a colocarse en el centro de la conversación pública debido a un nuevo incidente relacionado con fallas en la supervisión de áreas restringidas. Esta vez, el episodio involucra a un grupo de adolescentes que accedió sin permiso a una cabina de conducción, generando una ola de cuestionamientos sobre la seguridad interna del Metro.
La grabación, difundida en la plataforma X por la cuenta Fan Metro Viral, muestra a varios jóvenes dentro del espacio destinado exclusivamente para operadores. En las imágenes se observa cómo los adolescentes posan frente a la cámara mientras registran las vías y manipulan diversos controles antes de avanzar de una estación a otra sin la presencia de personal autorizado.

El video no tardó en viralizarse y los usuarios de redes sociales manifestaron su molestia ante lo que consideraron un serio descuido en la vigilancia del STC. Entre los comentarios destacados se leía: “¿Y quién permitió que entraran ahí?”, “Eso es un delito federal por afectar vías de comunicación”, así como mensajes que criticaban la falta de coordinación del propio sistema de transporte.
Además del debate sobre la seguridad, la publicación generó preocupación respecto a los riesgos que implican estos accesos no autorizados. Especialistas y trabajadores del Metro señalaron que estas áreas no están diseñadas para recibir a pasajeros ni curiosos, pues sus puertas son estrechas, carecen de elementos de protección y, en muchos casos, permanecen sin iluminación adecuada, factores que incrementan la posibilidad de accidentes.
De acuerdo con personal operativo consultado, la cabina es un sitio donde cada botón tiene funciones específicas relacionadas con la operación del tren, por lo que su manipulación por personas no capacitadas puede poner en riesgo la integridad de usuarios y del propio equipo. Subrayan también que, pese a que en ciertos modelos de trenes las cabinas pueden parecer accesibles, el ingreso sin autorización constituye una violación a los protocolos internos y podría derivar en sanciones legales.
El caso reavivó el llamado de los ciudadanos para reforzar la vigilancia en estaciones y túneles, especialmente ante la reciente aparición de incidentes inusuales que han puesto en duda las condiciones de seguridad del transporte. Mientras tanto, el STC no ha emitido un posicionamiento sobre posibles acciones o investigaciones tras la difusión del video.


