
El paso de la reliquia de San Judas Tadeo por la Ciudad de México renovó la expresión de fe entre los fieles, pues la Iglesia Católica ha reconocido que su popularidad lo ubica sólo detrás de la Virgen de Guadalupe.
Sin embargo, el próximo 10 de diciembre las reliquias de San Judas volverán a Roma, Italia, por lo que quienes lo siguen aún tienen oportunidad de verle por última vez.
Después de recorrer todo el país, volverá el 26 de noviembre a la Arquidiócesis de México. El itinerario culminará con una misa de despedida en la Catedral Metropolitana el diez de diciembre.
El calendario previsto incluye la Parroquia Nuestra Señora de la Luz en Aragón del treinta de noviembre al uno de diciembre.

Además, la Parroquia la Purísima Concepción Tlacopac en Álvaro Obregón del dos al cuatro de diciembre.
Del cinco al seis de diciembre estará en la Parroquia San Josemaría Escrivá de Santa Fe.
Finalmente, la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México prevé su exhibición del siete al diez de diciembre, antes de su regreso a Roma.
Así fue el impacto de la reliquia entre los devotos mexicanos
Tharcisse Rukundo, párroco de San Judas Tadeo en Cuemanco, describió cómo la llegada de la reliquia a su comunidad, tras su visita inicial a la Catedral y a San Hipólito, ha generado un ambiente de fervor religioso.

“Cuando llegó a nuestro país, fuimos la segunda comunidad en recibirla, después de su paso por la Catedral y por San Hipólito. Desde entonces hemos visto cómo crece la fe y la gratitud de la gente”.
El padre Tharcisse subrayó que la presencia de la reliquia ha propiciado una transformación espiritual significativa en su comunidad.
Explicó que, más allá de los gestos tradicionales como encender velas o solicitar favores, muchos fieles han optado por confesarse, reconciliarse con Dios y fortalecer su fe.
“Muchos fieles no solo vienen a encender una vela o a pedir favores, sino que aprovechan para confesarse, reconciliarse con Dios y fortalecer su fe. De hecho, hemos ampliado los horarios de confesión y las celebraciones para acompañar este movimiento de conversión”, comentó.
En cuanto al significado espiritual de este acontecimiento, el sacerdote destacó que la visita de una reliquia apostólica “favorece la comunión entre la Iglesia universal y la Iglesia local.
Las reliquias de los apóstoles nos recuerdan que todas las comunidades forman parte de una misma Iglesia, Santa, Católica y Apostólica, por ello, sentir la presencia de un apóstol fortalece nuestra fe y nos hace conscientes de que somos hermanos en Cristo”, dijo Tharcisse Rukundo a Infobae.

