El Banco de México (Banxico) consideró que la reciente contracción de la actividad económica mexicana, que registró una caída del 0.3% en el tercer trimestre de 2025 debido a la disminución en la producción industrial y a la desaceleración del sector servicios, ha influido de manera directa en las perspectivas inflacionarias del país.
De acuerdo con las actas de la última reunión de política monetaria del Banco de México, celebrada a principios de noviembre, la debilidad económica persistente seguirá ejerciendo presión a la baja sobre la inflación, que en octubre se mantuvo estancada en 3.57% interanual.
En el análisis realizado por la junta de gobierno del Banxico, todos sus integrantes coincidieron en que el balance de riesgos para la trayectoria prevista de la inflación continúa mostrando un sesgo al alza.
Sin embargo, la mayoría de los miembros matizó que este sesgo resulta menos marcado en comparación con el observado entre 2021 y 2024.

Entre los factores que podrían incidir en un repunte inflacionario, la autoridad monetaria identificó la posibilidad de una depreciación cambiaria, el aumento de las presiones de costes y la persistencia de una inflación subyacente elevada.
Banxico analiza perspectiva de la política monetaria
En cuanto a la política monetaria, el Banxico consideró adecuado mantener el ciclo de recortes en la tasa de referencia, decidiendo reducirla en 25 puntos básicos hasta situarla en 7,25%.
Para fundamentar esta decisión, la junta de gobierno tomó en cuenta el comportamiento reciente del tipo de cambio, la debilidad mostrada por la actividad económica y los posibles efectos derivados de cambios en las políticas comerciales a nivel global.
De cara a las próximas reuniones, el organismo anticipó que evaluará la posibilidad de nuevos recortes en la tasa de referencia, siempre bajo la premisa de considerar el impacto de todos los determinantes que inciden en la inflación.
El último reporte sobre la inflación en México
El comportamiento de los precios al consumidor en México durante octubre reflejó una estabilidad que contrasta con los movimientos recientes en la política monetaria del país.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación interanual del 3,57%, idéntica a la observada en septiembre, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En el análisis de los componentes de la inflación, la inflación subyacente —que excluye los bienes y servicios con precios más volátiles— mostró un incremento mensual del 0,29%, según informó el Inegi.
Este indicador es seguido de cerca por los analistas, ya que proporciona una visión más precisa de la tendencia inflacionaria al margen de factores estacionales o coyunturales.
El desglose por productos revela que la electricidad encabezó las alzas de precios, con un aumento del 17,65%, mientras que el transporte aéreo y los servicios turísticos en paquete experimentaron incrementos del 11,29% y 8,04%, respectivamente.
En contraste, algunos alimentos registraron caídas notables: el precio de los tomates verdes descendió un 10,94%, el de los aguacates un 10,52% y el de las naranjas un 9,86%.


