
El Congreso de la Unión opera bajo un calendario que combina actividad intensa con extensos periodos de pausa.
Cada año, senadores y diputados suspenden sus sesiones ordinarias en dos recesos que, en total, suman alrededor de 75 días sin actividad en el pleno.
Aunque no se tratan técnicamente de “vacaciones”, estos lapsos funcionan como una interrupción formal del trabajo legislativo.
El primer receso inicia el 16 de diciembre y concluye el 31 de enero; el segundo abarca del 1 de mayo al 31 de agosto.

La Constitución prevé excepciones en años de cambio de gobierno federal, cuando los calendarios pueden ajustarse para facilitar la transición presidencial.
Comisión Permanente: la pieza que mantiene vivo al Congreso
Pese a las pausas, el Congreso no queda completamente inactivo.
Durante cada receso se instala la Comisión Permanente, integrada por 37 legisladores —19 diputados y 18 senadores— que asume la conducción legislativa mientras el pleno está suspendido.
Este órgano tiene la facultad de atender asuntos urgentes, convocar a periodos extraordinarios y procesar comunicaciones del Ejecutivo.

Su instalación garantiza que la actividad legislativa no se detenga por completo, aunque su alcance es limitado comparado con el funcionamiento ordinario de ambas cámaras.
Vacaciones reales: lo que sí descansa el personal administrativo
Mientras que los legisladores se rigen únicamente por los periodos de sesiones, el personal administrativo de las cámaras cuenta con vacaciones reguladas por su situación laboral.
En estos casos, los descansos sí operan como periodos vacacionales formales y están incluidos en el calendario oficial de días inhábiles.

Entre las disposiciones vigentes destacan:
• Personal sindicalizado: 15 días hábiles anuales.
• Trabajadores con nombramiento definitivo, interino o temporal: 10 días hábiles.
• Esquema general: dos periodos de 10 días y uno de 5, con incrementos tras 10 años de antigüedad.
Estas disposiciones aplican únicamente a trabajadores de base o administrativos; no a diputados o senadores, cuyos descansos dependen del periodo legislativo.
Suspensión en Semana Santa y otros descansos adicionales
A los recesos oficiales se suman pausas que tradicionalmente se observan por acuerdo interno.
Para 2025, el Congreso suspendió actividades durante toda la Semana Santa: las labores se detuvieron desde el 14 de abril y se reanudaron hasta la semana siguiente.

En la Cámara de Diputados, el descanso se extendió al 21 de abril por el llamado “Día de la Familia”, un agregado que también aparece regularmente en su calendario.
En estos días tampoco opera el pleno, aunque la Comisión Permanente puede intervenir si surge un asunto de carácter urgente.
Puntos clave sobre la inactividad legislativa
• Los senadores tienen dos recesos legislativos al año, que suman más de dos meses y medio sin sesiones ordinarias.
• La Comisión Permanente mantiene la operatividad mínima del Congreso durante estos periodos.
• Las vacaciones formales aplican solo al personal administrativo, no a diputados y senadores.
• Semana Santa suele añadirse como un descanso adicional, independiente de los recesos constitucionales.


