
Los cálculos biliares, conocidos habitualmente como piedras en la vesícula, son depósitos sólidos que se forman dentro de este órgano a partir de colesterol, bilirrubina o sales biliares.
Al inicio, estas piedras pueden pasar desapercibidas. Sin embargo, cuando una piedra bloquea el flujo de la bilis, aparecen síntomas que requieren atención médica inmediata, tales como dolor en la parte superior derecha del abdomen, náuseas o vómito.

Si no se atiende, el problema puede derivar en colecistitis aguda (inflamación de la vesícula), pancreatitis o incluso colangitis, una infección peligrosa de los conductos biliares. En casos extremos, la vesícula puede perforarse y causar peritonitis, una condición de alto riesgo.
Qué alimentos ocasionan la formación de piedras en la vesícula
Es por ello que la alimentación juega un papel clave en el desarrollo de este padecimiento. Una dieta en la que predomina el consumo de grasas saturadas y azúcares refinados aumenta la probabilidad de que se generen estas piedras. Entre los alimentos que más contribuyen a su formación se encuentran:
- Embutidos y carnes procesadas
- Frituras y comida rápida
- Salsas industriales y productos ultraprocesados
- Helados y postres grasos
- Galletas y bollería industrial
- Quesos muy grasos y lácteos enteros
- Carnes rojas con alto contenido de grasa

También vale la pena señalar que el consumo frecuente de estos productos no es la única causa, pero sí un factor que, combinado con obesidad, antecedentes familiares o dietas bajas en fibra, puede favorecer la formación de cálculos biliares.
Ignorar los síntomas o retrasar la atención médica puede derivar en problemas serios. La colecistitis aguda puede requerir cirugía, la pancreatitis puede poner en riesgo la vida y la colangitis necesita tratamiento urgente con antibióticos y procedimientos médicos.
Por ello, los especialistas recomiendan, en primer instancia, acudir al médico ante cualquier dolor abdominal recurrente acompañado de fiebre o ictericia (piel amarilla).
Qué dieta seguir para evitar caer en las enfermedades derivadas de las piedras en la vesícula
En este sentido, existen alimentos que favorecen la salud de la vesícula y ayudan a reducir el riesgo de cálculos biliares. Una dieta rica en frutas frescas, verduras de hoja verde, cereales integrales y legumbres aporta fibra y regula los niveles de colesterol en la bilis.

Las proteínas magras como el pollo sin piel, pescado y claras de huevo son más fáciles de digerir y disminuyen la carga de grasas saturadas. Además, las grasas saludables presentes en el aguacate y el aceite de oliva contribuyen a mantener un equilibrio adecuado. Beber suficiente agua y optar por lácteos bajos en grasa también son medidas preventivas recomendadas.
Los cálculos biliares son un padecimiento que puede pasar inadvertido y que sin tratamiento puede derivar en complicaciones graves. Es por eso que la alimentación es un factor decisivo: mientras los productos ricos en grasas y azúcares favorecen su aparición, una dieta equilibrada con fibra, proteínas magras y grasas saludables ayuda a proteger la vesícula y prevenir este problema.


