
El hallazgo de ocho laboratorios clandestinos de drogas sintéticas en las zonas rurales de Culiacán y Cosalá, Sinaloa, representó un nuevo golpe a la producción ilegal de estupefacientes en el noroeste de México.
En un operativo reciente, fuerzas federales y estatales aseguraron aproximadamente 20.000 litros de sustancias químicas empleadas en la elaboración de metanfetaminas, en una acción que refuerza la lucha contra el narcotráfico en una región históricamente vinculada a este tipo de actividades.
La operación, denominada por las autoridades como “Operación Búsqueda, Localización y Destrucción de Laboratorios Clandestinos”, contó con la participación coordinada del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa y la Policía Estatal Preventiva. Las autoridades localizaron y aseguraron ocho áreas de concentración de químicos, todas destinadas a la producción de drogas sintéticas, en comunidades rurales que ya presentaban antecedentes de este tipo de actividad ilícita.

Decomisan gran cargamento de drogas
En el lugar, los agentes lograron encontrar una amplia variedad de equipos y sustancias ilícitas. Entre los objetos asegurados se encontraban ollas, tinas, cubetas y reactores de diferentes capacidades: dos de 2.000 litros, dos de 600 litros y uno de 500.000 litros. Además, se decomisaron 22 bidones con cerca de 1.100 litros de aceite, junto a otros 76 bidones, y cinco tambos con aproximadamente 4.000 litros de acetona.
El inventario de sustancias químicas incluyó 33 tambos con 6.600 litros de tolueno, cinco con 1.000 litros de alcohol etílico, cuatro con 800 litros de metanol, once con 2.310 litros de etílico y 18 tambos con 3.600 litros de alcohol metílico. Todo el material incautado fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la República para su análisis y resguardo, sin embargo, aún continúan buscando información en el lugar que pueda dar con el paradero de los responsables.

Las comunidades rurales de Culiacán y Cosalá ya habían sido identificadas previamente por las autoridades como puntos recurrentes en la producción de drogas sintéticas. Esta información facilitó la localización de los laboratorios y permitió a las fuerzas de seguridad actuar con mayor precisión en el aseguramiento de las instalaciones y los insumos.
Tras el operativo, las autoridades han intensificado los patrullajes y las labores de investigación en otras comunidades de Sinaloa, como Badiraguato, así como en municipios donde existen antecedentes similares, con el objetivo de prevenir la reactivación de laboratorios clandestinos y fortalecer la seguridad en la región.


