
Elementos de la Guardia Nacional y la Profepa localizaron un cargamento de reptiles en condiciones inadecuadas, tras inspeccionar varias cajas que inicialmente habían sido declaradas como “cosméticos”. La revisión ocurrió en el aeropuerto de Tijuana, donde ambos equipos hallaron un total de 774 tortugas vivas cubiertas con calcetines, apiladas dentro de nueve cajas de cartón.
El hallazgo surgió luego de que agentes de la Guardia Nacional identificaron irregularidades durante un control rutinario en el área de paquetería y notificaron a la oficina de Profepa en Baja California. Tras abrir los paquetes y contabilizar los ejemplares, se verificó que pertenecen a especies dulceacuícolas de los géneros Kinosternon sp. y Trachemys sp..
De este cargamento se registró el fallecimiento de cuatro tortugas mientras que el resto parecía estar en estado saludable.

Respecto a la relevancia ecológica de las especies detectadas, Profepa informó que todas las tortugas clasificadas bajo el género Kinosternon, salvo la Kinosternon cora, figuran en el Apéndice II de la CITES, la convención internacional de protección de especies silvestres, mientras que la citada Kinosternon cora está en el Apéndice I, que contempla el máximo nivel de resguardo.
Asimismo, otras especies del embarque se encuentran catalogadas como fauna sujeta a protección especial de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010.
La entrega interceptada provenía del Estado de México y llegó sin documentos que acreditaran su origen legal. No se identificó a ninguna persona o empresa dispuesta a reclamar el paquete, y la información preliminar indica que tanto el remitente como el destinatario serían de nacionalidad china.

Tras la incautación, Profepa inició el correspondiente procedimiento administrativo, y la Guardia Nacional notificó a la Fiscalía General de la República (FGR), para que impulse la investigación judicial, gestione el resguardo oportuno y determine el destino final de los reptiles, conforme a la normativa vigente.
Todos los individuos recuperados se trasladaron a una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) equipada para ofrecerles atención y alojamiento adecuados.

La titular de Profepa, Mariana Boy Tamborrell, se refirió a la gravedad de este fenómeno al señalar: “El tráfico ilegal de vida silvestre es una de las mayores amenazas para nuestra biodiversidad. Por eso estamos fortaleciendo nuestras estrategias para combatir este delito en todas las etapas de la cadena del tráfico y haremos todas las diligencias necesarias para que este caso tenga consecuencias. Además, hacemos un llamado a la ciudadanía a denunciar estas extracciones ilegales. El trabajo que llevamos a cabo tendrá mayores resultados si actuamos de manera conjunta”.


