
En los últimos años, el arte latte se ha convertido en una tendencia creciente en cafeterías y redes sociales, donde baristas y aficionados comparten diseños que van desde formas básicas hasta composiciones complejas.
Entre las figuras más populares destaca el dibujo de un gato, una imagen que combina precisión, creatividad y dominio del manejo de la leche vaporizada. Especialistas del sector cafetero señalan que esta figura, aunque a primera vista parece complicada, puede lograrse con práctica y conociendo algunos principios clave del arte latte.
Para comenzar, baristas experimentados explican que el primer paso para cualquier diseño es preparar una taza de espresso de buena calidad. La base debe contar con crema uniforme, color avellana y consistencia estable, elementos indispensables para que la figura se mantenga definida. Una vez listo el café, el enfoque se traslada a la leche, ingrediente fundamental en este tipo de arte.

La leche debe estar vaporizada hasta alcanzar una textura sedosa y ligeramente espesa, conocida como microespuma. Esta consistencia permite que el líquido fluya suavemente mientras conserva suficiente cuerpo para moldear figuras. Los baristas subrayan que una espuma demasiado ligera se dispersa con facilidad, mientras que una demasiado densa dificulta la creación de líneas finas.
Con la taza de espresso en una mano y la jarra de leche en la otra, el barista comienza a verter la leche creando una base circular en el centro de la bebida. Esta primera forma suele convertirse en el rostro del gato. Para ello, se inclina ligeramente la taza y se vierte la leche desde una altura corta, permitiendo que la espuma se acumule como un círculo definido.

Una vez trazada la base, se continúa el vertido con movimientos breves y controlados para formar las orejas, que se elaboran con pequeños puntos de microespuma situados en la parte superior del círculo principal. La técnica requiere detener y reanudar el flujo de leche con precisión, manteniendo la mano firme y el pulso estable.
Con la figura principal formada, el siguiente paso implica el uso de una herramienta fina, como un palillo o un punzón de barista, para dibujar detalles. Con movimientos suaves se delinean los ojos, la nariz y los bigotes, trazando líneas que contrasten con el blanco de la espuma. Este proceso, conocido como etching, permite agregar expresiones y personalidad al diseño.

Baristas señalan que el éxito del dibujo depende no solo de la técnica, sino también de la temperatura adecuada de la leche y el tiempo que transcurre entre su vaporización y el vertido, ya que una leche que se enfría rápidamente pierde calidad para el diseño. La práctica constante es clave para perfeccionar el control del flujo y el pulso, habilidades fundamentales en el arte latte.
La figura del gato continúa siendo una de las preferidas entre los aficionados debido a su simpatía y a la habilidad artística que demuestra quien la elabora. Cafeterías especializadas incluso ofrecen demostraciones y talleres para quienes desean aprender este tipo de técnicas. Con dedicación y práctica, aseguran los expertos, cualquier persona puede desarrollar la habilidad para plasmar un pequeño felino sobre la superficie de una taza de café.


