La adaptación de Frankenstein dirigida por Guillermo Del Toro para Netflix ha sido recibida con entusiasmo tanto por la crítica como por el público, consolidándose como uno de los estrenos más rentables del año. Su enfoque visual y narrativo ha revitalizado el clásico literario de Mary Shelley, ofreciendo una versión profunda y conmovedora del monstruo que ha cautivado a generaciones.
En medio de este éxito, ha salido a la luz un dato curioso: Andrew Garfield fue originalmente la primera opción para interpretar a “La Criatura”, un papel que finalmente recayó en Jacob Elordi tras un giro inesperado en la producción.
Cuando Guillermo Del Toro comenzó a desarrollar esta adaptación tenía una visión clara: quería que Andrew Garfield fuera el protagonista de la historia.
Su objetivo era alejarse del monstruo clásico y presentar una figura trágica, introspectiva y profundamente humana. El director de cintas como La Forma del Agua y El Laberinto del Fauno, detectó que Andrew era el actor ideal para encarnar esa visión, producto de su capacidad para transmitir emociones complejas y vulnerabilidad.

Durante nueve meses, el artista Mike Hill trabajó en el diseño del personaje, moldeándolo específicamente pensando en Garfield. Sin embargo, el actor tuvo que abandonar el proyecto apenas dos meses antes del inicio del rodaje.
La razón por la que no pudo ser parte de la realización fue la reprogramación de múltiples producciones debido a la huelga de actores en Hollywood en 2023. Este cambio afectó la fecha de estreno original de Frankenstein, así como la agenda del actor, quien se encontraba comprometido con otros proyectos y no pudo ajustarse a las nuevas fechas.
Por qué Andrew Garfield era la primera opción para interpretar al monstruo de Frankenstein en la adaptación de Guillermo Del Toro
El jaliciense buscaba una interpretación que no dependiera del terror físico, sino de la carga emocional del personaje. Para el tiempo en que la historia se estaba gestando, Garfield ya era reconocido por papeles como Desmond Doss en Hacksaw Ridge y Jonathan Larson en Tick, Tick… Boom!, demostrando a través de ellos una sensibilidad actoral que encajaba perfectamente con la criatura que el director quería retratar: alguien que sufre, que ama, que se siente rechazado por el mundo.

Además, Del Toro estaba convencido de que su experiencia en teatro y cine independiente le habría permitido conectar de manera más intensa con los aspectos más íntimos del guión y hubiera añadido múltiples capas de complejidad a la narrativa, convirtiendo al monstruo en un símbolo de la condición humana más que en una figura de horror.
Aunque su salida fue inesperada, Del Toro decidió no modificar el diseño original del personaje, lo que demuestra cuán profundamente estaba ligado Garfield con la visión que tenía el director. Su retiro dejó un vacío creativo que el mexicano tuvo que llenar de inmediato, pero pretendiendo no comprometer la esencia emocional del monstruo.
Jacob Elordi: El reemplazo que sorprendió a Del Toro
La elección como segunda opción fue Jacob Elordi. El actor australiano, conocido por su evolución dramática en Euphoria, demostró en sus audiciones tener la versatilidad necesaria para asumir el papel. Su presencia física imponente, mirada expresiva y su increíble disposición para someterse a una intensa transformación corporal fueron claves para convencer al director.

Aunque Andrew Garfield no pudo participar en Frankenstein, su influencia permanece en el diseño y enfoque del personaje. En este sentido, el trabajo de Elordi es de destacar, ya que asumió el reto con valentía y logró una interpretación poderosa que honra la visión original del creador. Esta adaptación concluyó demostrando que, incluso con cambios inesperados en el rodaje, el arte puede encontrar nuevas formas de conmover y sorprender.


