
La figura de Ismael “El Mayo” Zambada se consolidó como referente de poder y respeto en Sinaloa, superando la notoriedad de Joaquín “El Chapo” Guzmán, por lo que mucho se ha dicho que él era la verdadera cabeza detrás del Cártel de Sinaloa.
Recientemente, el periodista y escritor Diego Enrique Osorno, en una entrevista para el canal de YouTube de Paco Cobos, compartió detalles inéditos de la conversación que sostuvo en el 2021 con ‘El Mayo’ Zambada, tres años antes de que el capo fuera detenido en Estados Unidos.
Un capo cauteloso
Osorno describió que “El Mayo” Zambada se mostró muy cauteloso durante la conversación. Acceder a él requirió pasar varios filtros y, según el periodista, durante aquel momento existía la expectativa de alcanzar una posible paz, alimentada por la voluntad política de algunos integrantes del crimen organizado.

Osorno reveló que su charla apenas dejó “pinceladas” de Zambada, pues a pesar de la expectativa, el capo midió cada palabra. “Me parecía que estaba midiendo cada cosa de la coyuntura, cada cosa que yo le preguntaba, incluso la coyuntura de los últimos veinte años”.
Mostró particular interés en hablar de su vida en la montaña y de su entorno rural, de su orgullo por mantener la amistad de sus compañeros de infancia y de la vida cotidiana en el campo, evitando entrar en asuntos coyunturales o en críticas directas a autoridades o rivales del narcotráfico.
“Estaba muy orgulloso de que sus amigos de la infancia seguían siendo sus amigos al día de hoy. Decía: ‘Aquí están, por aquí, mis amigos con los que yo jugaba, los que están al campo, aquí siembran. Unos ya no ven, otros ya están muy viejitos’”.
El periodista notó que, aunque “El Mayo” mencionó algunos temas clave del pasado reciente, generalmente evitó la confrontación y se mantuvo siempre alerta. El tema de la guerra de Felipe Calderón, según Osorno, fue uno de los que tocó con especial reserva.
“Me parece que él siempre estaba en guardia, en alerta”, comentó.
El peso social de Zambada frente a “El Chapo”

En la entrevista, ante el cuestionamiento de si Zambada era realmente el líder del Cártel de Sinaloa, Osorno explicó que “El Mayo” tenía mucho más tiempo y experiencia en posiciones clave dentro del tráfico de drogas que “El Chapo” Guzmán.
“Creo que por ahí viene toda esta percepción, mucho más respeto que El Chapo Guzmán en Sinaloa”, señaló.
Osorno subrayó que varios negocios legales de Zambada estaban incorporados a la vida cotidiana de Sinaloa, como la leche producida por su compañía.
“El Mayo” Zambada tuvo inversiones en negocios legales, entre ellos el sector agropecuario. Una de sus empresas más conocidas fue Nueva Industria de Ganaderos de Culiacán, dedicada a la producción de leche bajo la marca Santa Mónica.
Este negocio le permitía generar ingresos legales y, al mismo tiempo, funcionaba como una fachada para mover recursos de manera discreta. Además, su inversión en la industria lechera le daba presencia e influencia en comunidades rurales de Sinaloa, donde empleaba a varias personas y consolidaba redes de lealtad local.
“Todo el mundo lo sabía”, advirtió Osorno.
Por otro lado, el periodista destacó también que la personalidad de “El Mayo” se distanciaba del culto narco exacerbado desde la llamada guerra contra el narcotráfico: evitaba la vanagloria, la ostentación y la construcción de una narcocultura de exaltación.
Esta actitud, en palabras del periodista, generaba un perfil político y sobrio, opuesto a la imagen que proyectaban otros líderes más mediáticos.
“Tenía muy poca proclividad, digamos, a vanagloriarse del mundo del narco, de lo bélico y demás... entonces creo que eso generaba un aura política de él, un aura como un perfil que contrastaba con este narco, que vimos exacerbarse, sobre todo a partir de la guerra del presidente Calderón, como de parafernalia, de ostentarse y de generar una narcocultura de exaltación. Yo creo que él no estaba en esa sintonía y eso lo hacía una figura más capaz de traficar”, explicó en la conversación.
El contexto actual de Sinaloa
Osorno situó estos testimonios en el contexto actual de Sinaloa, marcado por una guerra interna entre los bandos de “Los Chapitos” y “Los Mayos” tras la traición de los Guzmán a los Zambada.
El periodista afirmó que la sociedad de Culiacán está reevaluando su vida urbana y social, resintiendo una pérdida significativa del antiguo “equilibrio mafioso”.
Observó una ciudad que ahora detiene su actividad tras las siete de la tarde, con notable militarización y menor flujo económico, en contraste con el estereotipo de “cuna del narco” que tuvo por décadas.
Añadió que hoy, la reconstrucción de la vida culichi depende de superar tanto la herencia criminal como el desprestigio de la clase política local, mientras los asesinatos selectivos y la tensión social persisten, y la disputa entre familias se perfila como un conflicto duradero.

El periodista destacó: “Ya no vamos a regresar al Culiacán que aparecía en todas las películas y en las series, ese estereotipo de cuna del narco, ya desapareció”.
Osorno expresó su esperanza de que el experimento social de una vida sin narco logre consolidarse, aunque reconoció la complejidad que implica la reconstrucción debido a que los políticos locales, según afirmó, están igual o más desprestigiados que los propios narcotraficantes.
Qué le dijo “El Mayo” en la entrevista
En la entrevista sostenida en 2021, Ismael “El Mayo” Zambada hizo diversas revelaciones que, de acuerdo con las crónicas de Diego Enrique Osorno, dan cuenta tanto de su visión del negocio como de su posición respecto a temas de coyuntura nacional e internacional.
El Mayo afirmó de manera enfática: “Nosotros nos dedicamos a un negocio que necesita Estados Unidos. Eso hacemos”, subrayando el carácter transnacional del narcotráfico. Remarcó que “no se crea que nuestra vida es buena” y aseguró que el trabajo en el tráfico de drogas exige esfuerzo continuo para mantener tanto los negocios como la familia.
En relación a la violencia, El Mayo Zambada dejó claro que “la violencia no es nuestro negocio” y que el narcotráfico, en su visión, no puede “acabar”, manifestando escepticismo ante la posibilidad de erradicar la actividad.
Además, se deslindó de la producción y venta de fentanilo, asegurando que “nada más lo he visto por la televisión” y negó operar puntos de venta de droga al menudeo o “tienditas”, incluso señalando su apoyo a centros de rehabilitación para personas con adicciones.
Sobre personajes de la política mexicana, Zambada expresó su respeto por Andrés Manuel López Obrador, destacando su persistencia y conocimiento de la historia nacional.
En cuanto a su vínculo con exfuncionarios, negó haber entregado dinero a Genaro García Luna, aunque acotó: “No sé si mi hermano sí”, en referencia a Jesús “El Rey” Zambada, quien posteriormente en juicio admitió sobornos a García Luna a nombre del cártel.
Parte de sus confidencias incluyeron comentarios sobre la traición y el valor de la palabra en el mundo criminal: “Hay mucha gente de palabra, pero también hay muchas traiciones”. Osorno recogió que Zambada prefería el acuerdo, la lealtad y la vida apartada de la ostentación como principios personales y empresariales.
El periodista documentó que en la entrevista, El Mayo se mostró reacio a hablar de su familia, apenas mencionando el dolor por la detención y extradición de su hijo Vicente, y priorizó reflexionar sobre la naturaleza contradictoria del negocio y su necesidad de adaptarse constantemente a los cambios del entorno criminal y sociopolítico.
Cabe recordar que Ismael “El Mayo” Zambada, histórico líder del Cártel de Sinaloa, cayó en julio de 2024 tras décadas de evadir a las autoridades. Fue capturado en Texas, Estados Unidos, luego de supuestamente haber sido secuestrado y entregado por Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo” .
En agosto de 2025, “El Mayo” se declaró culpable ante una corte federal, admitiendo haber dirigido la estructura del cártel y haber sobornado a funcionarios mexicanos para mantener sus operaciones. Como parte del acuerdo con la fiscalía, el gobierno estadounidense descartó solicitar la pena de muerte, pero ordenó el decomiso de bienes valuados en unos 15 mil millones de dólares.
Actualmente, Zambada permanece bajo custodia en una prisión federal de alta seguridad en EEUU a la espera de su sentencia definitiva programada para enero de 2026.


