
Tras el asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, las demandas de justicia en Michoacán han adquirido un nuevo matiz: su hermano, Juan Manzo, insiste en que las autoridades no descarten la posibilidad de un móvil político en torno al crimen y pide profundizar en las disputas públicas que el edil sostuvo con figuras relevantes de Michoacán.
En entrevista reciente con Azucena Uresti, Juan Manzo, también subsecretario de Gobierno de Michoacán, reveló que en la reunión que sostuvo junto a Grecia Quiroz con la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, pidieron una investigación “clara, amplia y contundente” que aborde tanto la línea del crimen organizado como posibles motivaciones políticas.
Juan subrayó la importancia de revisar el fallido dispositivo de seguridad, que pese a contar con 14 escoltas de la Guardia Nacional y refuerzos municipales, no impidió el atentado.

Según testimonios recogidos entre los asistentes y videos, Carlos Manzo ya se retiraba del evento, pero en tres ocasiones fue regresado al punto exacto donde fue asesinado, aparentemente para tomarse fotografías. “Hay testimonios de que él ya se iba y hasta en tres ocasiones lo regresaron al punto”, afirmó Juan, subrayando la necesidad de esclarecer quién y por qué influyó para que el alcalde permaneciera en la zona.
Tres políticos clave
A pregunta expresa sobre las diferencias políticas que pudo haber enfrentado su hermano, Juan Manzo mencionó tres nombres de peso en la esfera michoacana: Raúl Morón Orozco (senador de Morena y exalcalde de Morelia), Leonel Godoy Rangel (exgobernador y diputado federal de Morena) e Ignacio Benjamín Campos Equihua (expresidente municipal de Uruapan y exdiputado federal).
“Él tenía, últimamente, sus posiciones claras. Tenía una disputa con el senador Raúl Morón, una disputa con el diputado Leonel Godoy y también tuvo disputas con el anterior presidente municipal, Ignacio Campos. Esto fue público. No estamos diciendo nada que no sea”, puntualizó.

Subrayó que las confrontaciones de Carlos Manzo con ellos fueron públicas y documentadas y que resulta crucial que la Fiscalía y las dependencias federales agoten esa línea de investigación, “aun si involucra a actores del propio movimiento que gobierna”.
Juan agregó que Carlos mantenía una importante presencia en encuestas y estudios internos sobre la gubernatura y acumuló adversarios políticos relevantes.
Reiteró, además, que los móviles político y criminal a veces van de la mano, sobre todo en una región como Michoacán, y que en la investigación no debe separarse un contexto de crimen organizado de posibles motivaciones políticas.

Juan Manzo explicó que, aunque en el pasado existió un momento de tensión entre Carlos Manzo y el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, esas diferencias fueron superadas tras la elección de Carlos Manzo como alcalde. Según Juan, ambos conversaron, sanaron sus diferencias y desde entonces la relación se mantuvo en buenos términos, caracterizada por la colaboración y el apoyo institucional.
Identifican al asesino
En los días recientes, la Fiscalía General del Estado de Michoacán confirmó la identidad del autor material abatido en el lugar: Víctor Manuel Ubaldo Vidales, de apenas 17 años, originario de Paracho.

Su cuerpo fue reclamado para sepultura y peritajes arrojan también consumo de metanfetamina. La investigación reveló que el joven estuvo ausente de su hogar durante una semana previa al ataque. El arma utilizada por “El Cuate” estaba implicada en otros dos homicidios previos en Uruapan durante octubre.
La Fiscalía y el fiscal Carlos Torres Piña enfatizaron que existen pruebas de que en el asesinato participaron al menos dos personas más y que el crimen —además de los posibles móviles políticos— sigue siendo considerado parte de la disputa criminal por el control territorial en la región, apuntando principalmente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).


