
El pasado jueves 6 de noviembre falleció Celis, un niño que se encontraba bajo el resguardo del DIF Capullos en Nuevo León y cuya historia de fortaleza y esperanza conmovió a miles. La noticia fue confirmada por Mariana Rodríguez Cantú, titular de la oficina AMAR a Nuevo León y esposa del gobernador Samuel García, quien compartió un mensaje cargado de emoción en sus redes sociales para despedirlo.
“Celis no solo vivió: nos enseñó a vivir”, escribió Rodríguez al anunciar el deceso del menor, cuya vida estuvo marcada por una lucha constante contra diversos padecimientos.
Según detalló la funcionaria, Celis llegó a Capullos con un diagnóstico médico muy complicado: padecía parálisis cerebral infantil, hidrocefalia, botón gástrico, epilepsia, diabetes, escoliosis severa y un síndrome genético. Pese a los pronósticos negativos de los médicos, el pequeño superó las expectativas, aprendiendo a caminar, hablar y comer por sí mismo.
“Le dijeron que no caminaría… y caminó. Que no hablaría… y habló. Que no podría comer… y lo hizo”, recordó Mariana en su publicación.

La titular de AMAR también compartió un aspecto doloroso del pasado del menor: Celis fue producto de un abuso sexual, un hecho que, dijo, representa la dura realidad que muchos niños enfrentan incluso antes de nacer.“Nos enseñó que la vida no se mide en años, sino en amor. Que un niño, por más frágil que parezca, puede ser el alma más fuerte que pasa por este mundo”, expresó.
Posteriormente, Rodríguez publicó un video en honor a Celis, recordando los seis años que el pequeño estuvo en este mundo y cómo su historia se convirtió en símbolo de amor, esperanza y resiliencia. “A veces la vida es larga, a veces es corta… pero siempre llega con una misión. Celis solo estuvo seis años en este mundo, y en esos seis años nos enseñó más de lo que muchos aprenden en toda una vida”, escribió.
Miles de usuarios en redes sociales reaccionaron con tristeza y cariño ante la noticia, reconociendo el trabajo del DIF Capullos y el acompañamiento que Celis recibió durante su estancia. “Nos enseñó que los milagros existen, que la fuerza no siempre se nota en los músculos, sino en el alma. Y que el amor puede sanar incluso lo que la medicina no puede”, concluyó Mariana Rodríguez.


