Halloween y Día de Muertos: cómo conviven estas dos celebraciones en México

Las calles mexicanas se llenan de disfraces y altares en una fusión de ambas tradiciones

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Ambas festividades se han conjugado
Ambas festividades se han conjugado con su propio estilo. Diseño: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

En México, octubre y noviembre marcan una temporada llena de color, simbolismo y contrastes. Mientras que el 31 de octubre se celebra Halloween, una tradición de origen anglosajón centrada en los disfraces y el misterio, los días 1 y 2 de noviembre están dedicados al Día de Muertos, una festividad profundamente mexicana que honra a los difuntos con flores, altares y comida. Aunque provienen de contextos culturales diferentes, ambas celebraciones han aprendido a convivir, especialmente entre las nuevas generaciones.

El Halloween, popularizado por el cine y la televisión estadounidense, llegó a México a mediados del siglo XX, principalmente en las zonas fronterizas del norte. Con el tiempo, se extendió a todo el país, sobre todo en entornos urbanos. Los niños comenzaron a salir disfrazados a pedir dulces con el tradicional “¿dulce o truco?”, frase que adaptó la costumbre anglosajona del trick or treat.

Aunque esta festividad deriva de
Aunque esta festividad deriva de la cultura anglosajona, se ha fusionado con otros festividades con el Día de Muertos. Foto: (iStock)

Por otro lado, el Día de Muertos tiene raíces prehispánicas y fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2008. Esta celebración combina elementos indígenas y católicos, y se basa en la creencia de que las almas de los seres queridos regresan al mundo de los vivos para convivir con sus familias. Los altares, el pan de muerto, las flores de cempasúchil, las velas y las fotografías son símbolos centrales de esta festividad.

A pesar de las diferencias culturales, ambas celebraciones se han fusionado en la práctica cotidiana. En muchas escuelas y comunidades, por ejemplo, se realizan concursos de disfraces el 31 de octubre y, al día siguiente, se elaboran ofrendas y tapetes de aserrín para recibir a los fieles difuntos. En los centros comerciales y calles se pueden ver calabazas naranjas junto a catrinas coloridas, reflejo de un sincretismo cultural característico de México.

Los expertos en cultura coinciden en que esta convivencia no representa una pérdida de identidad, sino una adaptación cultural. México ha sabido incorporar costumbres extranjeras sin renunciar a las propias, creando una fusión única que combina lo festivo de Halloween con lo espiritual del Día de Muertos. En muchas familias, los niños disfrutan de disfrazarse y pedir dulces, mientras se preparan altares y comparten anécdotas sobre sus seres queridos fallecidos.

La tradición del Día de
La tradición del Día de Muertos se ha preservado en la cultura mexicana. Foto: (iStock)

No obstante, algunos sectores consideran importante preservar el sentido original del Día de Muertos, para evitar que se diluya su significado. Instituciones educativas y culturales promueven talleres, exposiciones y concursos que destacan la riqueza simbólica de esta tradición ancestral.

En los últimos años, festivales como el Desfile de Día de Muertos en la Ciudad de México han contribuido a revalorar esta celebración ante el público nacional e internacional, demostrando que las costumbres mexicanas pueden convivir con influencias externas sin perder su esencia.

En definitiva, Halloween y Día de Muertos coexisten en México como reflejo de una sociedad diversa y dinámica. Mientras uno celebra lo fantástico y lo lúdico, el otro honra la memoria y la vida después de la muerte. Juntas, ambas tradiciones ofrecen una muestra del ingenio y la capacidad del pueblo mexicano para transformar las influencias culturales en expresiones propias, llenas de color, respeto y alegría.