
Las galletas de mantequilla integrales se han convertido en una alternativa casera para quienes buscan opciones más nutritivas sin renunciar al sabor clásico.
Esta receta conserva la textura crujiente y el aroma tradicional, pero incorpora ingredientes que aportan fibra, energía sostenida y mejor perfil nutricional.
Prepararlas en casa permite controlar la calidad de los insumos, reducir el exceso de azúcares refinados y evitar conservadores artificiales presentes en versiones comerciales.
La base de esta receta es la harina integral, elaborada a partir del grano completo del trigo. A diferencia de la harina blanca, conserva el salvado y el germen, lo que se traduce en mayor contenido de fibra, vitaminas del grupo B y minerales como hierro y magnesio.
Este tipo de harina favorece la digestión, ayuda a mantener niveles estables de glucosa en sangre y genera mayor saciedad. Además, su sabor ligeramente tostado aporta profundidad sin necesidad de aromatizantes.

La mantequilla sin sal aporta textura y sabor, logrando una consistencia crujiente por fuera y suave por dentro. Aunque suele considerarse un ingrediente indulgente, puede formar parte de una dieta equilibrada si se utiliza en cantidades moderadas.
El azúcar moreno o mascabado se utiliza como endulzante natural, aportando notas caramelizadas y minerales residuales como calcio y potasio. Aunque sigue siendo una fuente de calorías, su uso moderado en combinación con harina integral y grasas saludables permite obtener un producto más balanceado. También puede sustituirse por eritritol o azúcar de coco si se desea reducir el índice glucémico.
El huevo cumple una función estructural, ayudando a unir los ingredientes y aportando proteínas de alta calidad. Para quienes siguen una dieta vegana, puede reemplazarse por una mezcla de linaza molida y agua. La vainilla natural y una pizca de sal completan el perfil aromático sin necesidad de aditivos artificiales.

- Para preparar estas galletas, primero se bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa.
- Luego se incorpora el huevo y la vainilla.
- En otro recipiente se tamiza la harina integral con el polvo para hornear y la sal, y se añade poco a poco a la mezcla húmeda.
- Se forma una masa homogénea que puede refrigerarse por 15 minutos si está muy blanda.
- Se precalienta el horno a 180 °C, se forman bolitas con la masa, se aplastan ligeramente y se colocan en una bandeja con papel vegetal.
- Se hornean durante 10 a 12 minutos hasta que los bordes estén dorados.
- Al salir del horno, se dejan enfriar sobre una rejilla para que adquieran la textura crujiente deseada.
Estas galletas se conservan bien en un recipiente hermético y son ideales como colación, acompañamiento para bebidas calientes o base para postres más elaborados. Su versatilidad permite añadir ingredientes como nueces, semillas o chispas de chocolate oscuro, adaptándolas a distintos gustos y necesidades nutricionales.
Preparar galletas de mantequilla integrales en casa no solo es una actividad sencilla y gratificante, sino también una forma de incorporar ingredientes funcionales en la dieta diaria. Al elegir versiones con harina integral, endulzantes naturales y grasas de buena calidad, se obtiene un producto casero que combina sabor, textura y beneficios nutricionales sin complicaciones.

