
La guerra entre Los Chapitos y La Mayiza habría escalado a un nuevo nivel a más de un año de haber iniciado, y es que este lunes trascendió que la famosa “Casa Rosa”, residencia donde habitaba María Consuelo Loera Pérez, madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue blanco de un ataque con un artefacto explosivo lanzado desde un dron en La Tuna, municipio de Badiraguato, Sinaloa.
Un video divulgado en redes sociales muestra un intento de ataque con un artefacto explosivo cuyo destino era dar en la residencia, simbólica dentro de la historia del Cártel de Sinaloa.
En el clip de apenas 24 segundos se observa la pantalla del dispositivo desde donde un operador sobrevuela y lanza un explosivo sobre la vivienda, fácilmente reconocible por su color y ubicada en la sierra de Sinaloa.
En el video se escucha a los droneros intercambiar algunas palabras:
—Rico, a su put* madre.
—Se me olvidó grabar a la verg*, cabrón.
—Acércalo. Tiene que tronar, tiene que tronar el piso.
—Cayó por fuerita.
—Cayó un ladito, cabrón. ¿Es casi donde viene estando la puerta, en la entrada de la casa?
—Sí, verg*.
El video fue difundido en redes sociales y se desconoce la fecha exacta en la que habrían ocurrido los hechos. La información de geolocalización de dicha casa coincide con las características del inmueble mostrado en la grabación.
En dichas cuentas se especula que el autor del ataque habría sido el Cártel de Guasave, de la mano de Fausto Isidro Meza Flores (“El Chapo Isidro”), aliado con Ismael Zambada Sicairos, alias Mayito Flaco, en la guerra contra Los Chapitos.

Cabe apuntar que El Chapo Isidro y su aliado Óscar Manuel Gastélum “El Músico” han sido enemigos de Los Chapitos desde hace tiempo. Se dice que actualmente dicha casa (o al menos el territorio) estaría ocupada por Aureliano Guzmán Loera, conocido como “El Guano” y hermano de El Chapo.
Cabe apuntar que hasta el momento las autoridades no han dado información sobre este hecho.
La Casa Rosa, blanco de enfrentamientos
Consuelo Loera Pérez falleció en diciembre de 2023 a los 94 años en un hospital privado de Culiacán, tras complicaciones de salud derivadas de secuelas de COVID-19. Tuvo entre 10 y 11 hijos a lo largo de su vida, incluidos Joaquín Archivaldo (“El Chapo”), Bernarda, Armida, Miguel Ángel (“El Mudo”), Aureliano (“El Guano”), Arturo (“El Pollo”) y Emiliano Guzmán Loera.
El hogar destaca por su “sencillez” pese a pertenecer a una figura central en la estructura familiar del Cártel de Sinaloa: habitaciones austeras, patio con macetas, un kiosco personal y capilla asociada a la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús.

Cada año, al cumplir años en mayo, Consuelo Loera realizaba festividades a las que invitaba a los habitantes de La Tuna para compartir comida y música religiosa, prescindiendo de alcohol.
En 2015, una de las pocas veces que doña Consuelo abrió las puertas a medios, la periodista Maria Antonieta Collins, de Univisión, la entrevistó dentro de su cuarto color verde menta, donde guardaba fotos familiares.
El 11 de junio de 2016 esta vivienda fue asaltada por un grupo armado en un evento que marcó un incremento en el conflicto entre cárteles, entonces en el contexto de la guerra entre el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva.
Versiones oficiales y periodísticas atribuyeron el ataque a una célula bajo órdenes de Jesús Alfredo Beltrán Guzmán (“El Mochomito”), hijo de Alfredo Beltrán Leyva. Tras esa irrupción, Consuelo Loera logró escapar ilesa junto a una empleada, resguardándose en una avioneta tras el robo de vehículos y daños colaterales a otras casas de la localidad, según consignaron declaraciones recogidas por la periodista Anabel Hernández.
El éxodo en Badiraguato

La guerra interna que se vive actualmente entre Los Chapitos y La Mayiza ha provocado un éxodo sin precedentes desde la sierra de Badiraguato, cuna de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
De acuerdo con reportes recientes de El Sol de Sinaloa y testimonios recogidos por Revista Espejo, decenas de familias han abandonado comunidades como Huixiopa, Bacacoragua, La Lapara, El Chorro, La Palma, Potrero de la Vainilla, San José del Barranco y Sabanillas ante el incremento de balaceras, cortes de energía y ataques con drones explosivos.
Testigos relatan que se han vivido ataques con explosivos que hacen imposible conciliar el sueño. Pueblos enteros han quedado bajo control de grupos armados, con accesos bloqueados y vigilancia permanente, lo que ha forzado el desplazamiento de al menos 100 familias, cerca de 450 personas según cifras oficiales, aunque organizaciones civiles estiman que el número supera las 700.
Muchos desplazados han buscado refugio en Culiacán, viviendo en albergues improvisados o con familiares. Revista Espejo documentó asentamientos espontáneos junto al basurero municipal de la capital sinaloense, donde los nuevos habitantes dependen de la asistencia de comedores comunitarios y carecen de acceso regular a servicios básicos, educación y atención médica.
El desplazamiento masivo y la situación humanitaria se suman a un historial de violencia en la zona, acentuado tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada el 25 de junio de 2024, presuntamente orquestado por los nietos de Doña Consuelo.

