
El retiro de los estudiantes paristas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha dejado al descubierto un panorama de daños materiales y saqueo en las instalaciones, según el primer informe difundido por la Secretaría Administrativa de la Facultad.

La administración, que asumió el control del plantel el sábado 25 de octubre, inició una inspección detallada edificio por edificio para evaluar el estado del patrimonio universitario.
Entre los principales daños reportados se encuentra la destrucción de una reja externa y de varias ventanas en el edificio D, así como el robo de 17 videoproyectores en ese mismo inmueble.

El edificio F también resultó afectado, con la puerta de cristal destruida. Los baños de la Facultad presentan daños en plafones, espejos, mamparas, jaboneras y marcos de puertas, además de grafitis en paredes, lavabos y sanitarios. Las aulas no quedaron exentas, ya que se identificaron grafitis y daños en persianas y paredes.El mobiliario de la cafetería, especialmente en la zona frente a los hornos de microondas, sufrió deterioro. Además, se registró el robo de mercancía y recursos monetarios en un local del área comercial.
Todas las fachadas de los edificios, así como pasillos y salones, presentan grafitis, lo que agrava el deterioro visual y estructural del campus. La Secretaría Administrativa de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales compartió evidencias del estado actual de las instalaciones y anunció que, en los próximos días, comenzará la fase de reparación, mantenimiento y recuperación del patrimonio.

Por este motivo, la facultad permanecerá cerrado hasta nuevo aviso.
Por su parte, algunos estudiantes que estuvieron presentes en el paro han señalado que las zonas dañadas o que sufrieron hurto no eran utilizadas para actividades durante la manifestación.
Estudiantes de la UNAM protestan durante paro en Facultad de Arquitectura
Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) mantuvieron bloqueada la avenida Insurgentes en la Ciudad de México, intensificando su exigencia de espacios universitarios libres de acoso y evidenciando la falta de avances en el diálogo con las autoridades.
La movilización fue un intento por visibilizar la urgencia de sus demandas. Los manifestantes insisten en que la administración de la Facultad de Arquitectura no ha cumplido con el compromiso de establecer un diálogo en condiciones equitativas, lo que ha llevado a la suspensión indefinida de las actividades académicas y administrativas en el plantel.
El origen inmediato del conflicto se remonta al lunes 20 de octubre, cuando la ausencia de Mónica Cejudo, directora de la Facultad de Arquitectura, impidió la formalización de un acuerdo para devolver el control de las instalaciones a los estudiantes.
Esa misma noche, la administración difundió un comunicado en línea en el que aseguraba que las respuestas al pliego petitorio estaban listas, pero no realizó la entrega física de los documentos. Según los representantes estudiantiles, este procedimiento carece de validez, ya que no se llevó a cabo un diálogo directo ni se garantizó la transparencia en el proceso.


