
La osa Mina, actualmente atendida por la Fundación Invictus en Hidalgo, permanece bajo un protocolo de rehabilitación intensiva tras su traslado desde el zoológico La Pastora en Monterrey, Nuevo León.
Durante una transmisión en directo llevada a cabo por la cuenta oficial de la fundación, se detalló que la dieta de la osa consiste en tuna, manzana y alimentos gastrointestinales enlatados, complementados con probióticos y electrolitos para apoyar su condición digestiva. De acuerdo con el biólogo que supervisa su recuperación, la exclusión de proteína cruda responde a la imposibilidad de que el animal la procese y a la dificultad de digestión en su situación actual.
Según el personal de Invictus, una de las principales evidencias de progreso fue la mejora en la función olfativa de la osita, ya que anteriormente su nariz y orificios nasales se encontraban obstruidos por una costra. Destacaron que ahora Mina es capaz de buscar y detectar alimentos mínimos, lo que revela una recuperación sustancial de sus sentidos. Los encargados han manifestado entusiasmo al señalar que el animal incluso “esconde sus manzanitas y sale a hacer ejercicio para encontrarlas”, lo que consideran una clara señal de avance conductual.
Respecto al tratamiento cutáneo, los responsables explicaron que el equipo veterinario aplica cotidianamente aceite de ozono como medida bactericida y humectante; señalaron que esta sustancia, utilizada para desinfectar, contribuye acelerando la regeneración de tejido y evitando infecciones.
A esta estrategia se suman aceites ricos en omegas 3, 6 y 9, administrados para restaurar la flora cutánea y mejorar la elasticidad de la piel. Subrayaron que la aplicación de nutrientes ocurre tanto por vía tópica como oral para asegurar un efecto integral en la recuperación de Mina.
El personal detalló que las úlceras con las que Mina ingresó—comparadas en su tamaño inicial con monedas de cinco pesos—ya muestran cicatrización casi total, permitiendo que la osa recupere movilidad y confianza al caminar. Señalaron que las “úlceras que circularon en redes prácticamente han desparecido,” y destacaron la mayor interacción del animal como parte de su progreso.

El equipo relató que todo el material de la cama y la paja es tratado rigurosamente con cuaternario de amonio para mantener un entorno desinfectado, añadiendo que se evita exponer a Mina a sol directo, polvo o humedad como parte de las medidas para prevenir nuevas complicaciones dermatológicas. Agregaron que se utiliza luz UV suave en su área de descanso, para fortalecer la higiene del espacio durante el proceso de recuperación.
A nivel sensorial, los cuidadores han notado respuestas positivas de Mina tanto a estímulos auditivos como olfativos, y reportan un apetito consistente, indicadores que califican como señales positivas de su mejoría clínica. Comentaron que “la osa demuestra entusiasmo al participar en actividades exploratorias y alimenticias”, lo cual atribuyen al restablecimiento de sus capacidades sensoriales básicas.
El equipo multidisciplinario precisó que el siguiente paso será implementar una nebulización controlada para concluir el tratamiento respiratorio de Mina. Anticipan que, si la evolución actual se mantiene, podrán dar continuidad al proceso de recuperación total del ejemplar bajo los protocolos avalados por los especialistas de la Fundación Invictus.


