
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de su Dirección General de Atención a la Salud (DGAS), impulsa estrategias prácticas para enfrentar la depresión, un reto creciente en la salud mental de estudiantes y trabajadores.
A inicios del año, la UNAM llevó a cabo el taller “Estrategias para afrontar la depresión”, impartido por residentes de la Maestría en Medicina Conductual, donde se abordaron métodos efectivos para romper el ciclo de desmotivación y cansancio que suele acompañar a la depresión.
De acuerdo con UNAM Global, el primer paso es diferenciar la depresión de la tristeza. Según los especialistas, la depresión es un trastorno mental complejo que involucra factores biológicos, psicológicos y sociales, y su alcance puede durar semanas, meses o incluso años, afectando todas las áreas de la vida cotidiana.

A diferencia de la tristeza, que suele ser transitoria, la depresión altera la capacidad de la persona para desenvolverse con normalidad en el entorno familiar, escolar, laboral y social.
La estrategia central que promueve la UNAM se denomina activación conductual. Consiste en estructurar un plan orientado a incorporar acciones valiosas y satisfactorias en la vida cotidiana, adecuadas a los intereses y necesidades individuales. Para ello, uno de los especialistas aconseja plantearse la pregunta: “¿Qué me gustaría estar haciendo si no me sintiera así?”. Esta reflexión permite visualizar objetivos personales y establecer metas alcanzables.
Partiendo de esta premisa, se recomienda iniciar con retos pequeños y realistas. Empezar con acciones sencillas, como caminar brevemente antes de intentar correr largas distancias. Además, el proceso reconoce que pueden presentarse errores o recaídas; el objetivo no es la perfección, sino mantener el compromiso con el propio bienestar.
La propuesta se apoya en una metodología de cinco pasos. El primero es identificar el problema específico que afecta el estado de ánimo. Posteriormente, se generan posibles soluciones, visualizando alternativas concretas a la situación adversa.

El tercer paso implica valorar los pros y contras de cada opción, considerando recursos y viabilidad. Luego, se toma una decisión y se pone en marcha el plan seleccionado. Finalmente, se evalúan los resultados, comparando el estado actual con el punto de partida.
UNAM Global destacó que este enfoque ha demostrado efectividad y, en ciertos casos, puede reducir o evitar el uso de medicamentos. Sin embargo, se subraya la importancia de consultar al personal de salud para monitorear el avance y ajustar el tratamiento si es necesario.
Una idea esencial del taller es evitar postergar la acción hasta “sentirse bien”. En cambio, se sugiere dar pasos, aunque mínimos, hacia actividades que antes generaban satisfacción, recordando que la motivación puede incrementarse con la práctica.
Por último, la recomendación que encierra la filosofía de este enfoque queda clara: “Haz cosas para sentirte mejor, no esperes a sentirte mejor para hacer cosas”.