
El Día de Muertos es una de las tradiciones más significativas de México, en la que se honra la memoria de los seres queridos que han partido.
Con el paso del tiempo, esta festividad se ha enriquecido con nuevos significados y prácticas, entre ellas, la incorporación de ofrendas dedicadas a mascotas fallecidas.
Perros, gatos, aves, conejos y otros animales de compañía, que en vida ofrecieron amor y lealtad incondicional, también son recordados con cariño en esta fecha.

¿Cuándo se coloca la ofrenda para mascotas?
Según la tradición más reciente, el 27 de octubre es el día destinado a recibir las almas de las mascotas fallecidas. Esta fecha antecede al 28 de octubre, cuando se recibe a los espíritus de quienes murieron de forma trágica, y a los días principales del Día de Muertos (1 y 2 de noviembre), dedicados a los difuntos adultos y niños, respectivamente.
Colocar la ofrenda para mascotas el 27 de octubre permite brindarles un momento exclusivo para “regresar a casa”, guiados por los aromas y objetos que les eran familiares.
Sin embargo, algunas personas eligen integrar la ofrenda de sus animales en el altar general de todos los difuntos o extender la instalación desde días antes. Lo más importante es el acto de amor y recuerdo, más allá de la fecha específica.
¿Qué elementos debe llevar una ofrenda para mascotas?

Al igual que una ofrenda tradicional, el objetivo es dar la bienvenida al alma del ser querido. En el caso de las mascotas, se incluyen elementos adaptados a su vida y personalidad:
- Agua y comida favorita: Esencial para aliviar la sed y el hambre tras su largo viaje espiritual. Pueden colocarse croquetas, latas, galletas o incluso platillos caseros que solían disfrutar.
- Juguetes y objetos personales: Una pelota, su manta, un collar o cualquier artículo que haya formado parte de su vida diaria ayuda a crear un ambiente familiar y acogedor.
- Fotografía: La imagen de la mascota es el centro del altar. Su presencia visual fortalece el vínculo emocional y personaliza la ofrenda.
- Veladoras o velas: Su luz simboliza el camino de regreso al hogar. Puede ser blanca o de un color relacionado con la mascota.
- Flores de cempasúchil: Estas flores son un símbolo universal del Día de Muertos. Sus pétalos pueden colocarse como camino desde la puerta hasta la ofrenda, guiando espiritualmente a la mascota.
- Incienso o copal: Purifican el espacio y ayudan a elevar el pensamiento hacia lo espiritual. También son una forma de mostrar respeto a las almas que visitan.
- Elementos decorativos: Figuras de animales, papel picado con motivos de huellitas, y adornos coloridos añaden un toque alegre y simbólico al altar.
Preparar una ofrenda para una mascota fallecida es más que un ritual: es una forma de honrar el lazo emocional con quienes nos brindaron compañía incondicional. Es una manera de mantener vivo su recuerdo y de permitir, aunque sea por un instante, creer que regresan para compartir con la familia una última y cálida visita.