
La Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca detuvo el domingo a Derek Jair “N”, conocido como “El Niño Sicario” y también apodado “El Niño Piedra”, presunto líder de una célula vinculada al secuestro, el asesinato y la distribución de drogas en la región de Centro y Paraíso, Tabasco.
Según reportes recabados por El Heraldo De Tabasco, el menor, de 14 años, fue asegurado cerca de la carretera Villahermosa-La Isla y en la ranchería Corregidora, quinta sección junto a José Asunción “N”, alias “El Chuncho”, señalado como operador bajo las órdenes de “El Chicle”, actualmente preso en el Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco (CREST).
La detención ocurrió durante la madrugada del domingo 12 de octubre de 2025. Agentes de la FIRT Olmeca, en coordinación con el Comando Tiburón y bajo tareas de vigilancia en la zona de la Isla, identificaron a los sujetos cuando intentaban incendiar un domicilio.

De acuerdo con la información oficial difundida por El Universal, al percatarse de la presencia policial, el menor intentó accionar una subametralladora tipo Uzi, marca Intratec, calibre 9 milímetros, equipada con un cargador y 23 cartuchos útiles. El arma se atascó, lo que permitió a los agentes asegurar a los individuos sin registrar lesionados.
Durante la revisión, los agentes decomisaron una mochila negra con varias dosis de drogas, entre las que se encontraban bolsitas de marihuana y cristal. También se aseguraron cartulinas de color azul y amarillo con mensajes amenazantes dirigidos a grupos rivales.
En el teléfono celular del adolescente se localizaron videos de una mujer que habría sido secuestrada y liberada, junto a imágenes del asesinato de otra víctima, cuyo cuerpo habría sido enterrado en una propiedad en Paraíso.
Tanto los detenidos como todos los objetos decomisados quedaron a disposición de la Fiscalía General del Estado (FGE) para la integración de las investigaciones y el deslinde de responsabilidades.
Reclutamiento infantil
El caso de “El Niño Sicario” se inserta en una problemática nacional. La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) ha advertido que, desde 2006 hasta 2010, más de 25.000 niños y adolescentes estuvieron involucrados en distintos niveles en estructuras de la delincuencia organizada, aunque advierten que la cifra real actual puede ser mayor.
Las cifras más recientes se desconocen, sin embargo, podría ser muchísimo mayor pues el reclutamiento se ha diversificado, incluyendo no solo el convencimiento en las calles sino también en plataformas como TikTok, Instagram y videojuegos (Call of Duty, Roblox), donde la cultura criminal se glorifica mostrando acceso a dinero, poder y armas.
“El Ponchis” y “Juanito Pistolas”

El fenómeno de los niños sicarios en México ha tomado notoriedad internacional con historias como la de Édgar Jiménez Lugo, alias “El Ponchis”, y la de un adolescente conocido como “Juanito Pistolas”. Ambos casos ilustran el grado de manipulación y violencia que pueden alcanzar las redes de reclutamiento infantil operadas por el crimen organizado.
Édgar Jiménez Lugo, apodado “El Ponchis”, fue reclutado por el Cártel del Pacífico Sur cuando solo tenía 11 años. De acuerdo con las investigaciones y su propio testimonio, el menor fue secuestrado (“levantado”) y drogado para someterlo al ámbito criminal. Pronto, sus jefes comenzaron a encomendarle tareas que escalaron desde la vigilancia hasta la participación directa en asesinatos.
A los 14 años, fue arrestado en Morelos por elementos del Ejército mexicano, en un operativo. Durante su detención, El Ponchis confesó su participación en ejecuciones, mutilaciones y decapitaciones por orden de la célula de los Beltrán Leyva.

La historia de “Juanito Pistolas” refleja un proceso distinto pero igual de representativo del papel de los adolescentes en la estructura criminal. Este menor fue integrado a La Tropa del Infierno, brazo armado del Cártel del Noreste en Tamaulipas, organización que, según investigaciones periodísticas, asumió como estrategia el entrenamiento de jóvenes para tareas de sicariato.
Juanito Pistolas tenía solo 16 años al momento de su muerte. A lo largo de su corta carrera dentro del cártel, participó en enfrentamientos armados y fue pieza clave en actividades violentas ordenadas por la cúpula del grupo. La muerte de Juanito ocurrió durante un enfrentamiento con la Marina, tras haber conseguido notoriedad simbólica dentro del narco, pues su figura fue reproducida en corridos y canciones de narco rap.