
Las predicciones meteorológicas, basadas en la observación y modelos matemáticos, ayudan a prevenir el estado de la atmósfera en un momento y ubicación determinados a partir de registros como la temperatura, la humedad, la presión, las precipitaciones o el viento.
Los pronósticos del tiempo son actividades que se realizan desde hace cientos de años, incluso desde antes de la era cristiana apoyándose básicamente en la observación de patrones de las nubes, el viento, la época del año, aunque en un inicio éstos eran poco acertados.
Fue hasta el surgimiento de nuevas tecnologías que comenzaron a ponerse en marcha modelos matemáticos que permitieron lograr predicciones más precisas, convirtiéndose en un factor fundamental para el transporte, la agricultura, el turismo, la prevención de desastres, la salud pública y hasta operaciones militares, ello más allá de decidir si cargar o no con paraguas o qué outfit ponerse.
A continuación el estado del clima de las próximas horas en Monterrey para este martes 7 de octubre:
De acuerdo con AccuWeather, la temperatura alcanzará:
- Un máximo de 30 grados centígrados a lo largo de la jornada
- 20 grados centígrados al caer la noche
La probabilidad de lluvia será del:
- 85% durante el día
- 60% en el transcurso de la noche
Por su parte, la nubosidad será de:
- 48% durante el día
- 66% en horario nocturno
Mientras que las ráfagas de viento llegarán a los:
- 37 kilómetros por hora en horas de sol
- 28 kilómetros por hora en la noche
En cuanto a los rayos ultravioleta se pronostica que alcancen un nivel de hasta 7.

Cómo es el clima en Monterrey
La mejor temporada para ir a la capital regia es de enero a agosto y de octubre a diciembre, temporada en la que se registra un clima cálido o caluroso, donde apenas hay lluvias y con temperaturas que van de los 27 a 35 grados.
Debido a que en el verano las temperaturas son extremadamente altas, la capital vive una sequía que llega a su apogeo entre julio o agosto, un tiempo que también es conocida como “canícula”.
En contraste, la época de lluvia comienza en el otoño, siendo el noveno mes del año el de más precipitaciones, no obstante, ha habido ocasiones en las que han ocurrido tormentas que dejan severas inundaciones entre abril y junio. En enero, el mes más frío, el termómetro disminuye a una media de 14 grados aunque el “día más frío” por lo general se registra en febrero.
Según las marcas, la temperatura más baja en la historia de Monterrey fue la de 1983, cuando el termómetro bajó a -7.5 grados, mientras que la última nevada cayó en diciembre de 2004; en contraste, el día más caluroso se registró el 24 de abril de 1958, cuando se alcanzaron los 48 grados.

¿Qué debe incluir un seguro para proteger mi vivienda en caso de huracanes y tormentas?
La falta de preparación ante fenómenos hidrometeorológicos representa un costo diario superior a los 25 millones de pesos para las empresas mexicanas, según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). Entre 2012 y 2024, se pagaron en promedio 7,591 millones de pesos anuales por siniestros relacionados con tormentas, lluvias intensas e inundaciones, un incremento del 91% respecto al periodo 2001–2012.
Este panorama refleja la creciente vulnerabilidad operativa y financiera de las compañías, especialmente durante la temporada de huracanes, que se extiende hasta el 30 de noviembre, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El pronóstico para 2025 indica una alta actividad ciclónica, con la posible formación de entre 8 y 9 tormentas tropicales, 4 o 5 huracanes de categoría 1 o 2 y hasta 6 huracanes intensos, de categoría 3 o superior.
Ante este escenario, Eduardo Gutiérrez, Socio Director en Eikos, consultora especializada en seguros y administración de riesgos, recomienda reforzar tres pilares fundamentales: seguros adecuados, protocolos internos robustos y alianzas estratégicas predefinidas.
En cuanto a cobertura, Gutiérrez advierte que disponer de una póliza no garantiza protección suficiente; “Una póliza integral frente a fenómenos hidrometeorológicos debe contemplar al menos los siguientes elementos: cobertura por huracanes, tormentas, granizo, deslaves e inundaciones; protección frente a interrupción de actividades o pérdida de ingresos; daños a bienes en tránsito o en uso fuera de planta; gastos adicionales por reubicación temporal; remoción de escombros y limpieza; procesos preferenciales de atención de siniestros”, detalla el especialista.
Además, recomienda revisar periódicamente los valores asegurados y mantener actualizadas las ubicaciones de los activos.
Un Plan de Respuesta ante Tormentas (ERP) debe contemplar cinco etapas:
- Planeación anual.
- Preparación inicial y final.
- Respuesta durante el evento.
- Recuperación posterior, incluyendo simulacros.
- Actualización constante de procedimientos.
Más allá de los seguros, los protocolos internos juegan un papel clave en la gestión de riesgos. Alicia Martínez, Subdirectora de Daños, Autos y Fianzas de Eikos, señala que “es de gran relevancia que los protocolos incluyan canales de comunicación seguros, asignación de responsables por área y mecanismos para documentar daños con el fin de facilitar la gestión con aseguradoras y reducir el impacto en la continuidad del negocio”.