
Las recomendaciones sobre hábitos alimentarios tienden a centrarse en opciones accesibles y beneficiosas para la salud diaria. Incluir fresas en la alimentación cotidiana aporta ventajas comprobadas, tanto por su valor nutricional como por su versatilidad. A lo largo de diversas estaciones, este fruto ha destacado por su presencia en una amplia gama de preparaciones, desde ensaladas hasta postres, lo que facilita su consumo regular.
La variedad de micronutrientes, antioxidantes y compuestos bioactivos en la fresa ha sido motivo de interés para la comunidad científica. Especialistas en nutrición reconocen que el consumo regular de fresas puede ayudar a fortalecer el sistema inmune y a prevenir enfermedades crónicas asociadas a la alimentación. La facilidad para incorporarlas en dietas balanceadas convierte a este fruto en un aliado para quienes buscan mejorar su bienestar general.
Cinco razones para comer fresas todos los días

1. Fuente destacada de vitamina C: Una porción de 100 gramos de fresas proporciona aproximadamente el 60% de la dosis diaria recomendada de vitamina C. Este nutriente interviene en la protección frente a infecciones, colabora en la formación de colágeno y participa en la cicatrización de heridas. Su función antioxidante ayuda a reducir el impacto del estrés oxidativo.
2. Aporte de fibra para la salud digestiva: Las fresas contienen fibra soluble e insoluble, lo que contribuye a regular la función intestinal y ayuda en la prevención del estreñimiento. Además, la fibra participa en el control de los niveles de glucosa y colesterol en sangre, factores relevantes para la prevención de enfermedades metabólicas.
3. Presencia de antioxidantes naturales: Este fruto rojo es fuente de antocianinas, ácido elágico y otros polifenoles reconocidos por su capacidad para bloquear los radicales libres. Los antioxidantes presentes en las fresas han sido vinculados con la disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y con la protección celular.

4. Bajo aporte calórico y alto contenido de agua: Las fresas aportan aproximadamente 32 kilocalorías por cada 100 gramos y más del 90% de su contenido corresponde a agua. Esto las convierte en una opción adecuada para quienes buscan controlar su peso corporal o mantener una hidratación adecuada durante el día.
5. Apoyo a la salud cardiovascular: El consumo regular de fresas se ha asociado con la mejora de la función endotelial y la reducción de la presión arterial. Compuestos presentes en este fruto contribuyen al mantenimiento de vasos sanguíneos saludables y favorecen la circulación, aspectos destacados por asociaciones internacionales de cardiología.
El carácter práctico y el perfil nutricional de las fresas justifican su presencia en la dieta cotidiana. Diversos especialistas recomiendan aprovechar la temporada de cosecha para consumirlas frescas y así obtener el mejor perfil de nutrientes posible.