Capula, el pueblo donde La Catrina cobró vida en barro

La tradición alfarera y la fiesta convierten a esta localidad en un destino clave para visitantes de todos los gustos

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Capula se encuentra demasiado cerca
Capula se encuentra demasiado cerca de Morelia, Michoacán. Foto: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

El reconocimiento internacional de Capula como epicentro de la creación de la catrina de barro ha convertido a este pequeño pueblo michoacano en un referente del arte popular mexicano. A tan solo 20 minutos de Morelia, la localidad se distingue por la vitalidad de sus calles, donde la tradición alfarera se manifiesta en cada rincón y las figuras de catrinas, elaboradas con técnicas ancestrales, se han transformado en símbolo de identidad y orgullo local.

La historia de la alfarería en Capula se remonta al siglo XVI, cuando Vasco de Quiroga, obispo de la región, introdujo métodos de trabajo en barro que fusionaron el saber indígena con influencias españolas. Este proceso dio origen a una tradición que, con el paso de los siglos, evolucionó hacia especialidades como el barro punteado y la loza en tonos verdes, consolidando a Capula como uno de los centros alfareros más representativos de Michoacán.

La llegada de la catrina de barro, inspirada en el grabado de José Guadalupe Posada y popularizada por Diego Rivera, marcó un punto de inflexión en la identidad artística del pueblo.

El papel del maestro artesano Juan Torres resultó decisivo en la consolidación de esta tradición. En la década de 1970, Torres, originario de Capula, decidió reinterpretar el personaje de La Catrina en barro, tomando como referencia la obra “Un Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” de Diego Rivera.

La Catrina de barro de
La Catrina de barro de Capula . Foto: (Google Maps)

Desde entonces, su taller, situado junto al panteón municipal, se ha convertido en un espacio de referencia para visitantes y nuevos artesanos. Allí, además de admirar sus creaciones, es posible concertar una cita para conversar con él o participar en talleres de pintura, lo que ha contribuido a que Capula se consolide como el principal centro de producción de Catrinas en México.

El entorno urbano de Capula refuerza la experiencia de quienes la visitan. Las casas y talleres, decorados con colores vivos, generan una atmósfera única que invita a recorrer sus calles. A lo largo del trayecto, se encuentran tiendas familiares, mercados y locales donde se elaboran y comercializan vajillas, tazas, jarrones, macetas y, especialmente, catrinas de todos los tamaños.

El Mercado de Artesanías destaca como uno de los puntos más visitados, ya que reúne a los principales exponentes del arte local y permite adquirir piezas únicas a precios accesibles. Es recomendable llevar efectivo, dado que algunos establecimientos no aceptan tarjetas.

La celebración más emblemática de Capula es la Feria de la Catrina, que se realiza durante la última semana de octubre y la primera de noviembre. Esta festividad, que coincide con el Día de Muertos, transforma las calles principales en una galería al aire libre donde los artesanos exhiben sus mejores obras.

Las catrinas de barro son
Las catrinas de barro son el símbolo artesanal de Capula. Foto: (iStock)

La feria representa una explosión de arte popular y constituye uno de los momentos más esperados tanto por los habitantes como por los visitantes, quienes pueden apreciar la diversidad y creatividad de las catrinas en un ambiente festivo.

Más allá de su riqueza artesanal, Capula conserva elementos arquitectónicos tradicionales, como las casas de adobe y techos de teja, y espacios emblemáticos como la Iglesia de Santiago Apóstol, cuya fachada y el gran árbol de bugambilia se han convertido en escenarios ideales para la fotografía de viaje.

La visita a este pueblo no solo implica un acercamiento a la cultura y el arte popular mexicano, sino también la oportunidad de presenciar cómo la muerte se transforma en belleza y el barro en auténticas obras de arte.

La catrina de barro de Capula adorna hoy hogares, museos y galerías en todo el mundo, consolidando la reputación de este pueblo como un destino imprescindible para quienes buscan comprender la profundidad y el colorido del arte popular mexicano.