La fosa común de San Lorenzo Tezonco, testigo silente de la tragedia de 1985

Miles de cuerpos permanecen sin identificar en fosas comunes, lo que refleja la magnitud del devastador terremoto que sacudió la capital hace cuatro décadas

Guardar
Cuarenta años después, la incertidumbre
Cuarenta años después, la incertidumbre sobre la cantidad real de víctimas yacen bajo la tierra de Iztapalapa, donde un monumento blanco guarda secretos aún sin resolver. Foto: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

A cuatro décadas del devastador sismo que sacudió la Ciudad de México en 1985, el Panteón Civil San Lorenzo Tezonco en Iztapalapa permanece como un silencioso testigo de la magnitud de la tragedia y de la incertidumbre que aún rodea el número real de víctimas.

En este cementerio, según estimaciones no oficiales, alrededor de mil 300 personas fueron sepultadas en una fosa común de 9 metros de profundidad y 40 metros de largo, víctimas anónimas del desastre que nunca recuperaron su identidad.

El 19 de septiembre de 1985, a las 07:19 horas, un sismo de 8,1 grados en la escala de Richter sorprendió a la capital mexicana, provocando el colapso de miles de edificaciones. La cifra oficial de estructuras dañadas supera las 30 mil, de las cuales 3 mil se desplomaron por completo, incluyendo viviendas, hospitales, escuelas y oficinas.

La magnitud del desastre fue tal que, incluso después de 40 años, no existe consenso sobre el número exacto de fallecidos. Las cifras varían según la fuente: el entonces Departamento del Distrito Federal reportó 2 mil 500 decesos, mientras que registros periodísticos y el gobierno de Miguel de la Madrid situaron el número entre 6 mil y 7 mil.

"A nuestros seres queridos", se
"A nuestros seres queridos", se reza en el monumento que se levanta sobre la fosa común del Panteón Civil San Lorenzo Tezonco. Foto: (@freddy_frankenstein)

Por su parte, la Cruz Roja Mexicana estimó más de 10 mil víctimas, y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) elevó el conteo a 26 mil muertos. De manera extraoficial, se ha llegado a hablar de más de 50 mil decesos.

La confusión y la falta de registros precisos se reflejan en el propio Panteón Civil San Lorenzo Tezonco, donde, además de los mil 300 cuerpos enterrados, muchos cuerpos más que fueron identificados permanecen principalmente en el Lote 14, en donde el escenario es solitario y apenas se pueden ver algunas lápidas que se levantan entre el suelo deteriorado por el tiempo.

“A la enfermera del Hospital Juárez”, dice uno de los epitafios que señala en su fecha el trágico 19 de septiembre de 1985. Algunos testigos narran que los cuerpos no eran sepultados en ataúdes convencionales, sino en cajas de madera improvisadas y pocos familiares tuvieron los recursos para financiar estructuras fúnebres o lápidas que resaltaran la memoria de su fallecido; solo querían darles un lugar para descansar en paz.

Sin embargo, es sobre la fosa común anteriormente mencionada en donde se erige un monumento de seis columnas con una inscripción que reza: “A nuestros seres queridos”.

Este memorial, ordenado por el gobierno del Distrito Federal, honra a quienes murieron en el sismo y no fueron reclamados por familiares, amigos o conocidos.

Aunque no existe un acuerdo
Aunque no existe un acuerdo general sobre el número de víctimas del sismo de 1985, es imposible negar que sus estragos dejaron a miles de familias incompletas. FOTO: PEDRO VALTIERRA/CUARTOSCURO.COM

El impacto del sismo no se limitó al primer temblor. La noche del 20 de septiembre, una réplica de 7,6 grados derribó numerosas estructuras ya dañadas, incrementando el número de víctimas y heridos. El saldo de heridos ascendió a 30 mil, mientras que los damnificados superaron los 150 mil.

El Panteón Civil San Lorenzo Tezonco, inaugurado en 1940, no solo alberga los restos de las víctimas del 85, sino también los de políticos, artistas, escritores y líderes comunitarios, lo que lo convierte en un espacio cargado de historia y misterio. En diciembre de 1914, la exhacienda sobre la que se asienta fue atravesada por el ejército zapatista en su marcha hacia el centro de la ciudad.

La magnitud del desastre y la respuesta gubernamental han sido objeto de debate durante décadas. La falta de identificación de miles de cuerpos y la disparidad en las cifras oficiales y extraoficiales han alimentado la especulación y el dolor de quienes nunca pudieron despedirse de sus seres queridos.

El monumento en el panteón, situado justo encima de la fosa común, permanece como recordatorio de la tragedia y de las vidas que el sismo de 1985 arrebató sin dejar rastro.