
La explosión de una pipa de gas LP en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, Ciudad de México, el 10 de septiembre, dejó numerosas víctimas y un acto de valor que ha trascendido en la memoria colectiva. Alicia Matías Teodoro, conocida como “La Abuelita Heroína”, cubrió con su cuerpo a su nieta de dos años durante el siniestro y sufrió quemaduras graves en el 98 por ciento de su cuerpo.
La mujer que se desempeñaba como checadora de la Cetram de Santa Martha fue atendida en el Hospital Magdalena de las Salinas, donde falleció dos días después a consecuencia de un paro. Así lo confirmaron tanto las autoridades capitalinas, así como sus familiares.

La historia de Alicia Matías movilizó no solo a familiares y vecinos de la zona, sino también a colectivos artísticos. El artista urbano Snoke y miembros del colectivo Made X La Calle decidieron rendir homenaje a la “abuelita heroína” con un mural ubicado junto al puente peatonal sobre la carretera México-Puebla, a metros del accidente. El mural presenta a Alicia sosteniendo a su nieta, rodeadas de alas de ángel y con la imagen de la Virgen de Guadalupe en el fondo.
La tragedia impactó de manera significativa a la comunidad de Santa Martha Acatitla, donde se encuentra el paradero y centro de transferencia modal (CETRAM) donde laboraba la mujer. Ahí, además del mural, vecinos han levantado un memorial improvisado con veladoras, flores y mensajes de respeto. “Alicia, gracias por enseñarnos lo que es el amor”, se lee en uno de los carteles instalados en la zona.
La pequeña Jazlyn Azulet, nieta de Alicia Matías, fue atendida en el Hospital Siglo XXI y posteriormente fue trasladada a Texas, Estados Unidos, gracias al apoyo de la Fundación Michou y Mau y al IMSS, de acuerdo con las declaraciones de su tía abuela y de su mamá.
La explosión se atribuye al exceso de velocidad de la pipa de la empresa Silza, según las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), dejó al menos 17 personas fallecidas, entre ellas varios conductores y peatones, cifra ratificada en el último informe oficial.
El mural creado por Snoke permanece como testimonio de un acto que ha sido definido por los habitantes locales como “un símbolo de amor y valor” en una de las zonas más transitadas del oriente capitalino. La memoria de la “abuelita heroína” se suma así al reclamo ciudadano que surge tras una tragedia urbana provocada por la falta de controles en el transporte de materiales peligrosos.

