
La elección del aceite en la cocina no sólo determina el sabor final de los platillos, sino que también tiene un impacto directo en la salud. Cada aceite posee un punto de humo distinto, es decir, la temperatura a la que empieza a descomponerse y liberar compuestos dañinos, además de aportar distintos nutrientes y perfiles de sabor.
Por ello, no es lo mismo usar aceite de aguacate para freír que aceite de oliva extra virgen para un aderezo en frío. Mientras algunos aceites resisten altas temperaturas sin perder sus propiedades, otros son más sensibles al calor y se aprovechan mejor en preparaciones crudas o con poca cocción.
Conocer estas diferencias permite no sólo realzar el gusto de cada receta, sino también aprovechar los beneficios nutricionales de cada aceite sin comprometer el bienestar.
Aceites para freír: alto punto de humo
Cuando se trata de freír, es fundamental elegir aceites que soporten altas temperaturas sin degradarse. Entre los más recomendados destacan:
- Aceite de aguacate
- Aceite de cártamo
- Ghee (mantequilla clarificada)
Estos aceites tienen un alto punto de humo, lo que significa que resisten el calor sin perder propiedades ni liberar compuestos dañinos.

Aceites para saltear o asar: sabor suave y versátil
En preparaciones que requieren calor medio o alto, pero no tan intenso como la fritura, se recomiendan aceites con un perfil más neutro que permitan resaltar el sabor de los ingredientes:
- Aceite de oliva
- Aceite de aguacate
- Aceite de coco
Su versatilidad los convierte en opciones ideales para saltear verduras, preparar carnes ligeras o incluso platos al horno.
Aceites para hornear: toque suave a nuez
El horneado requiere aceites que aporten una textura agradable y un sabor delicado. Entre los más utilizados se encuentran:
- Aceite de coco
- Aceite de oliva
Ambos no solo contribuyen a una buena consistencia en repostería y panadería, sino que también agregan un ligero aroma característico.
Aceites para aderezos: en crudo y llenos de nutrientes
En ensaladas, salsas o platillos fríos, los aceites deben usarse sin someterlos a altas temperaturas para conservar al máximo sus propiedades antioxidantes. Los más recomendados son:
- Aceite de oliva extra virgen
- Aceite de almendra
- Aceite de sésamo
Estos aceites aportan grasas saludables, antioxidantes y un sabor distintivo que eleva cualquier preparación fresca.

Elegir bien para cocinar mejor
La elección del aceite adecuado depende del tipo de cocción y del sabor que se desee potenciar. Mientras que algunos aceites ofrecen resistencia al calor, otros son ideales para consumirse en crudo y conservar intactos sus nutrientes. En cualquier caso, optar por aceites saludables y de calidad es una inversión directa en la salud y en la experiencia culinaria.

