
El dolor articular es una de las molestias más comunes entre la población adulta, y aunque muchas veces se asocia con la edad o enfermedades como la artritis, también puede ser el resultado de malos hábitos cotidianos que pasan desapercibidos.
Las articulaciones son fundamentales para el movimiento y la estabilidad del cuerpo, por lo que mantenerlas sanas es clave para una buena calidad de vida.
1. Sedentarismo prolongado
Pasar horas sentado o sin moverse afecta negativamente las articulaciones, especialmente las de las rodillas, caderas y columna. La inactividad provoca rigidez, debilita los músculos que rodean las articulaciones y reduce la lubricación natural que estas necesitan para funcionar correctamente.
Una recomendación clave en este aspecto es levantarse regularmente y hacer estiramientos o caminatas cortas.

2. Sobrecargar las articulaciones con sobrepeso
El exceso de peso corporal aumenta la presión sobre las articulaciones, especialmente las de las rodillas, tobillos y caderas. Cada kilo de más puede multiplicar la carga que estas zonas soportan, acelerando su desgaste y provocando dolor crónico o inflamación.
Se recomienda mantener un peso saludable mediante una alimentación balanceada y ejercicio ayuda a reducir el estrés articular.
3. Ejercicio excesivo o mal ejecutado
Si bien el ejercicio es clave para mantener articulaciones sanas, realizarlo sin técnica adecuada o exceder los límites del cuerpo puede provocar lesiones, inflamación y desgaste prematuro. Correr sobre superficies duras, levantar mucho peso sin supervisión o no calentar antes de entrenar son prácticas comunes pero perjudiciales.
En este aspecto es recomendable buscar asesoría profesional para realizar rutinas adecuadas a la edad y condición física, y no olvidar calentar y estirar.
4. Postura incorrecta
Adoptar malas posturas al sentarse, pararse o dormir genera una distribución desigual del peso corporal, lo que puede dañar progresivamente las articulaciones de la columna, hombros, cuello y caderas.
Es indispensable prestar atención a la postura durante el día. Usar sillas ergonómicas, ajustar la altura del monitor y dormir con almohadas que mantengan la alineación natural del cuerpo.

5. Uso excesivo de tacones altos o calzado inadecuado
El uso constante de zapatos de tacón o de calzado sin soporte adecuado puede alterar la alineación del cuerpo, generar presión extra en rodillas y columna, y favorecer la aparición de dolor articular.
Es recomendable optar por calzado cómodo, con buen soporte y amortiguación, especialmente si se pasan muchas horas de pie o caminando.
6. Ignorar el dolor o automedicarse
Muchas personas minimizan el dolor articular o recurren a analgésicos sin diagnóstico. Esto puede enmascarar problemas más serios como artritis, lesiones en los cartílagos o problemas musculares, y retrasar un tratamiento adecuado.
En caso de presenciar un dolor persistente, inflamación o rigidez, se debe consultar a un especialista. El tratamiento temprano puede evitar daños mayores.
Las articulaciones permiten moverse, cargar peso, caminar y realizar actividades básicas. Cuidarlas no requiere cambios drásticos, pero sí tomar conciencia de los hábitos diarios que, a largo plazo, pueden dañarlas. Pequeñas acciones como mejorar la postura, mantenerse activo y evitar el sobrepeso pueden marcar una gran diferencia en su salud articular.