
Después de la serie Chespirito: sin querer queriendo en Max, Florinda Meza vuelve a ser tema de conversación. Pues en una charla con Adela Micha para La Saga el pasado 10 de septiembre, la actriz reveló que, mucho antes de la fama y la comodidad económica, se las ingenió para tener un hogar acogedor con recursos mínimos recolectados de La Merced.
Cabe recordar que este sitio es emblemático en la capital del país, pues es uno de los mercados más importantes de la zona y se destaca no solo por su variedad de productos, sino por sus bajo costos.
¿Qué dijo Florinda?
“En mis departamentos, cuando no tenía dinero, con cajones de la Merced la cubría con retazos porque empecé a vivir sola. Cuando eres jefe de familia se te va el dinero, yo también trabajaba y estudiaba”, contó.

Micha recordó que ella también “ponía asientos de huacales”, a lo que Meza precisó: “Vendían en La Merced los finos vinos y frutas especiales en aquella época, eran cajas de madera”.
Adela creyó que la viuda de Chespirito se refería a los huacales, pero Florinda agregó: “Los huacales son huecos... (estas eran) Cajas de madera enchapopotadas, si ponías un cojín podías poner tres y era un sofá, una mesa y acomodados eran libreros”.
La actriz que dio vida a La Chimoltrufia también mencionó que acudía a una calle del Centro de la CDMX para adornar su casa.
“En Artículo 123 armaba una lámpara, un candil, aunque sea de tubos y focos. También vivimos en esa casita nueve años”.
El día que la criticaron por hablar de su “casa proletaria”
No es la primera vez que Meza intenta mostrar que su vida no ha sido de lujos. En octubre de 2022 ya había desatado polémica al hablar sobre la percepción pública de la fortuna de Chespirito.
“Roberto lo decía, tenemos mucho menos de lo que la gente cree, pero más de lo que soñé. Porque sabíamos vivir sencillamente, yo no vivo en Pedregal, ni en Las Lomas, yo tengo una casa en la colonia Del Valle, es una colonia proletaria”, afirmó entonces.

El comentario generó debate porque, aunque la Del Valle conserva un aire tradicional, sus precios y ubicación difícilmente se asocian con el proletariado.
Para algunos, fue un intento de Florinda por desmitificar la idea de una vida llena de lujo; para otros, una muestra de desconexión con la realidad del costo de vivienda en la capital.


