
El 1 de septiembre de 2025, la Zona Arqueológica de Monte Albán (ZAMA), en Oaxaca, fue sede del taller “Introducción a la arqueoastronomía de Monte Albán”, con el propósito de mostrar a los participantes cómo la traza geométrica de los edificios de esta milenaria ciudad zapoteca se alinea con el paisaje y el sol, en fechas relevantes de la calendárica prehispánica.
El 2 de septiembre representa un punto intermedio entre el 13 de agosto y el 22 de septiembre, situándose exactamente veinte días después del 13 de agosto, fecha en la que ocurre la alineación solar canónica de las pirámides de la Luna y del Sol en Teotihuacan, Estado de México.
Además, esta fecha se relaciona con el amanecer del 12 de febrero, que marca el inicio del calendario agrícola Cempohuallapohualli.
El arqueoastrónomo Aarón Uriel González Benítez explicó: “Una veintena de días después del 2 de septiembre llegamos al 22 de septiembre, cuando ocurre el equinoccio de otoño”.

En el ámbito de la arqueoastronomía prehispánica, el 2 de septiembre se asocia con la denominada familia 73, ya que se encuentra a 73 días del solsticio de verano, el 22 de junio.
El libro La astronomía en Mesoamérica, del arqueólogo Arturo Montero, documenta ejemplos de orientaciones vinculadas a la familia 73 en sitios como Tenochtitlan, Dzibilchaltún y Oxkintok en Yucatán, así como El Tajín y La Venta en Veracruz, entre otros.
El fenómeno se apreció durante el taller “Introducción a la arqueoastronomía de Monte Albán” realizado el 1 de septiembre de 2025 en la Zona Arqueológica de Monte Albán (ZAMA), en Oaxaca.

El evento, guiado por el arqueoastrónomo Aarón Uriel González Benítez, tuvo como objetivo principal mostrar cómo la disposición geométrica de los edificios de esta antigua ciudad se vincula con el paisaje y el movimiento solar en fechas clave del calendario prehispánico.
El taller se centró en el análisis de las alineaciones solares presentes en el conjunto Vértice Geodésico, donde, según el arqueólogo Ivan Šprajc, el eje de simetría del edificio se alinea con la puesta del sol en dos fechas específicas: el 1 de septiembre y el 11 de abril.
Durante la actividad, González Benítez condujo al grupo hasta el inicio de las escalinatas del Edificio VG, desde donde orientaron la vista hacia el Templo de las Dos Columnas para observar el ocaso solar entre estas estructuras.
Las condiciones climáticas favorables permitieron registrar con claridad una de las alineaciones solares características del sitio.
González Benítez explicó que, aunque las columnas del templo pudieron haber sufrido modificaciones respecto a su ubicación original, las fechas solares que marcan mantienen correspondencia con días de relevancia en la calendárica prehispánica.


