Esta es la causa más frecuente del mal aliento: las piedras amidgalares y cómo eliminarlas

Restos alimenticios, bacterias y células acumuladas en la garganta facilitan la formación de depósitos que afectan la salud oral y complican el control del olor bucal

Guardar
Descubre por qué las piedras
Descubre por qué las piedras amigdalares, también conocidas como tonsilolitos, son una causa frecuente del mal aliento que afecta a millones de personas. Crédito: Wikimedia

La halitosis persistente suele asociarse con el consumo de alimentos de olor penetrante o higiene oral insuficiente. Existe una causa menos reconocida pero muy extendida: las piedras amigdalares.

Mediante estudios y experiencias clínicas, diversas fuentes han identificado que los tonsilolitos, también llamados cáseum amigdalino, son un factor determinante en la aparición del mal aliento que afecta a adultos y jóvenes.

Estas formaciones sólidas nacen por la acumulación de bacterias, fragmentos celulares y restos de alimento sobre o dentro de las amígdalas, estructuras que pueden presentar hendiduras o surcos donde se alojan estos residuos.

Descubre por qué las piedras
Descubre por qué las piedras amigdalares, también conocidas como tonsilolitos, son una causa frecuente del mal aliento que afecta a millones de personas. Crédito: Wikimedia

El cuadro es más frecuente en quienes muestran irregularidades anatómicas en la zona amigdalar, lo que potencia el acúmulo prolongado.

Las piedras amigdalares suelen presentarse como pequeñas bolitas blancas o amarillas, perceptibles al toser, escupir o al explorar la parte posterior de la garganta.

La presencia de tonsilolitos no se relaciona exclusivamente con escasa limpieza. Incluso con rutinas de cepillado y uso de hilo dental, las personas continúan desarrollando estos depósitos si sus amígdalas presentan cavidades con facilidad para retener residuos.

Descubre por qué las piedras
Descubre por qué las piedras amigdalares, también conocidas como tonsilolitos, son una causa frecuente del mal aliento que afecta a millones de personas. Crédito: Wikimedia

Este fenómeno explica por qué un porcentaje considerable de la población adulta reporta episodios de mal aliento sin causa aparente, aun cuando utilizan enjuagues o mantienen hábitos de higiene adecuados.

Según estimaciones de profesionales, hasta una de cada tres personas podría experimentar alguna vez este tipo de halitosis asociada con el cáseum amigdalino.

Controlar y prevenir la formación de piedras amigdalares requiere una combinación de higiene reforzada y técnicas específicas.

Descubre por qué las piedras amigdalares, también conocidas como tonsilolitos, son una causa frecuente del mal aliento que afecta a millones de personas. Crédito: Cuenta de YouTube @drpologuerrero

Además del cepillado dental y del uso periódico de hilo dental, los enjuagues bucales sin alcohol contribuyen a reducir la carga bacteriana. También resultan útiles las gárgaras vigorosas con agua templada y sal, método casero económico que fomenta la liberación de tonsilolitos.

A quienes presentan hipertensión arterial o limitaciones en el consumo de sal, se les aconseja emplear agua oxigenada medicinal diluida en agua, bajo recomendación y vigilancia de profesionales sanitarios. Sin embargo una mezcla natural que tamién oxigena el área y es más natural y menos corrosiva pero igual de efectiva es el jugo de limón con bicarbonato para que las burbujas actuen en área.

La extracción de estos depósitos debe hacerse solo si son plenamente visibles, con implementos de algodón y sin ningún tipo de material cortante o punzante, a fin de evitar infecciones.

Hay que intentar retirtarlas delicadamente y de preferencia sin haber comido poco antes ya que cualquier tocamiento en la garganta y el área amidgalar provocará arqueadas y puede generar reflejos para el vómito.

También se puede usar un espejo cuando el sol esté en su apogeo y colocarlo en un ángulo que refleje su brillo directo a nuestra garganta al tener abierta la boca para usarlo como una especie de lámpara solar y ver plenamente el área y los tonsiolitos para facilitar su extracción.

Otro método natural es usar una perilla de goma aspiraflemas que usualmente también se usa para sacar las secreciones nasales, sin embargo en este caso se llena de agua limpia y se lanza a presión para ayudar a expulsar las piedras.

Ante molestias recurrentes, dolor, inflamación o crecimiento excesivo de los tonsilolitos, es aconsejable mejor asistir a la consulta de un otorrinolaringólogo que de un odontólogo, ya que estos especialistas son quienes pueden evaluar en profundidad la situación y recomendar tratamientos adaptados.

En los casos más graves y para erradicarlas totalmente existe una intervención médica llamada criptolisis, la técnica más empleada es por láser. El otorrinolaringólogo utiliza un láser CO2 para vaporizar la capa superficial de las amígdalas y reducir su tamaño hasta un 30%, que es la proporción que suelen ocupar las criptas.

La criptolisis también se puede realizar por radiofrecuencia o por coblación. Ambos métodos, al igual que el láser, generan calor para disolver y cauterizar el tejido amigdalar. El láser lo hace con luz, mientras que la radiofrecuencia y la coblación utilizan sonido, lo que permite operar a menor temperatura.

Las piedras amigdalares constituyen un componente relevante en el control de la halitosis. Reconocerlas y aplicar medidas seguras de prevención e higiene representa la vía principal para reducir su presencia y mejorar la salud bucal de manera efectiva, además de la ansiedad social de hablar ante los demás.