
Un testimonio ocurrido a un mexicano impactó a la Iglesia católica y a la comunidad internacional cuando un sacerdote relató cómo experimentó una curación inexplicable atribuida a las oraciones a Pier Giorgio Frassati, beato que fuera prospecto para la canonización, que tuvo lugar este 7 de septiembre.
La historia fue difundida en una conferencia de la Diócesis de Los Ángeles, Estados Unidos y aunque en su adolescencia fue ateo posteriormente cuando regresó al camino de Dios, refiere que en 2017, Juan Manuel Gutiérrez cursaba estudios en el seminario de la misma localidad. Durante una partida de baloncesto, sufrió una lesión en el tendón de Aquiles. El diagnóstico inicial descartó gravedad. Sin embargo, la dolencia avanzó hasta derivar en un desgarramiento diagnosticado por resonancia magnética. El doctor recomendó una cirugía de recuperación lenta y dolorosa.
El sacerdote Juan Manuel Gutiérrez buscó alivio espiritual tras recibir la noticia. Permaneció en la capilla y decidió iniciar una novena, método de oración aprendido en su hogar mexicano. El sacerdote dedicó la novena a Pier Giorgio Frassati, joven nacido en Turín que falleció en 1925, recordado por su ayuda a los más necesitados y cuya causa de beatificación captó la atención de la Santa Sede.
La novena es una práctica en la que el creyente realiza oraciones específicas durante nueve días para pedir una gracia especial. El entonces seminarista acudió a la capilla día tras día, orientando su súplica a Frassati. En una de esas jornadas, experimentó una sensación de calor localizada en la lesión que, según su testimonio, no pudo atribuir a un factor externo.
“Comencé a sentir un calor inusual en el área afectada y pensé que algo estaba ardiendo, pero no vi ninguna causa física”, relató Gutiérrez. Tras ese episodio, el sacerdote abandonó los soportes ortopédicos y notó la desaparición total del dolor.
La programación de la cirugía siguió su curso, aunque el siguiente examen clínico reveló que el desgarramiento había desaparecido. “El doctor no pudo hallar la lesión; me dijo: ‘Debe tener a alguien allá arriba velando por usted’”, señaló el sacerdote. La recuperación sin secuela médica llevó a la apertura de una investigación canónica.
El sacerdote recuerda que cuando rezó la novena “no pedía sanación, pedía la ayuda de Dios en mi lesión. Y pensaba inicialmente hacerla a todos los santos, porque se me ocurrió, ‘bueno, hoy es el día de la Solemnidad de Todos los Santos y necesito toda la ayuda que pueda recibir’. Pero después recibí esa inspiración que me decía, ¿por qué no le haces la novena al Beato Pier Giorgio Frassati? Y me sorprendió un poco, pero me pareció buena idea, y por eso se la hice a él”.
“Yo pensaba que este secreto, por así decirlo, me lo iba a llevar a la tumba. Sí prometí durante mi novena que si algo inusual sucedía, yo lo iba a reportar a quien sea que necesitara reportarlo”, pero “nunca me imaginé que esto iba a convertirse en el milagro que el Vaticano aceptaría para la canonización de Pier Giorgio”.
El proceso implicó la recolección de pruebas y testimonios. La Iglesia católica validó el testimonio y tras estudios preliminares, el Papa Francisco reconoció oficialmente el milagro. Este reconocimiento permitió avanzar en la canonización de Pier Giorgio Frassati, realizada hoy en un acto encabezado por el pontífice mayor, el Papa León XIV.
Frassati había nacido en una familia adinerada: su padre fundó el diario italiano La Stampa. Pese a su origen, dedicó su vida al servicio y apoyo de personas vulnerables. En su biografía se menciona que contrajo poliomielitis, posiblemente provocada por su contacto con ambientes marginados.
“La oración funciona: los santos pueden ayudarnos con nuestras necesidades y siempre hay alguien que escucha nuestras plegarias”, afirmó Juan Manuel Gutiérrez ante los fieles. Lo ocurrido quedó registrado como el milagro que permitió la canonización de Pier Giorgio Frassati.