
El hipo es una contracción involuntaria y repetitiva del diafragma —el músculo que separa el pecho del abdomen— que provoca una inspiración súbita seguida del cierre brusco de la glotis, generando el característico sonido “hip”.
Por lo general, los episodios de hipo son breves y benignos, y suelen resolverse en pocos minutos sin intervención médica.
Remedios caseros más comunes
- Contener la respiración durante unos segundos para aumentar el dióxido de carbono en sangre y relajar el diafragma.
- Beber agua fría a pequeños sorbos o realizar gárgaras con agua helada, técnicas que pueden estimular el nervio vago.
- Respirar dentro de una bolsa de papel o realizar una maniobra de Valsalva (intentar exhalar con la nariz y boca cerradas).
- Estímulos físicos: tirar de la lengua, presionar el diafragma, apretar la palma de la mano, masajear la arteria carótida o estimular el reflejo nauseoso para interrumpir el circuito reflejo del hipo.
- Consumos específicos: dejar disolver azúcar o miel en la boca, chupar hielo, beber por el lado opuesto del vaso, chupar limón o una gota de vinagre.
Remedios inesperados

Algunos métodos curiosos documentados en casos aislados incluyen: tener un orgasmo o aplicar un masaje rectal; ambos parecen haber detenido el hipo en situaciones atípicas.
Se tiene registro de un antiguo estudio de caso en el que un hombre presentó hipo durante cuatro días consecutivos, el cual desapareció de forma inmediata tras experimentar un orgasmo.
En otro reporte clínico, se documentó a un paciente con hipo persistente que logró un alivio inmediato luego de recibir un masaje rectal.
¿Cuándo consultar al médico?

Si el hipo dura más de 48 horas (hipo persistente) o se prolonga por más de dos meses (hipo intratable), puede ser señal de problemas graves como reflujo gastroesofágico, enfermedades neurológicas, metabólicas, tumores o irritación de los nervios frénico o vago.
En estos casos, se requiere una evaluación médica y tratamientos específicos, que pueden incluir:
- Medicamentos como baclofeno, clorpromazina, metoclopramida o ácido valproico.
- Procedimientos como bloqueo nervioso, estimulación del nervio vago o cirugía, si existe causa identificada.
- Tratamiento de la enfermedad subyacente, como inhibidores de la bomba de protones para reflujo o antibióticos para neumonía.
Para reducir episodios de hipo recurrentes, se recomienda comer despacio, evitar alimentos muy picantes, bebidas gaseosas o alcohol, mantener una postura adecuada tras comer y controlar el estrés.