“El tejido de los sueños”, el homenaje escénico a Remedios Varo, llega al Teatro de la Ciudad

La obra multidisciplinaria inspirada en la artista surrealista se presentará en septiembre, fusionando danza, circo, poesía y videoarte en una experiencia sensorial única para toda la familia

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El universo onírico y simbólico
El universo onírico y simbólico de Remedios Varo inspira un espectáculo multidisciplinario en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (FB/ Teatro de la Ciudad Esperanza Iris)

El universo onírico y profundamente simbólico de Remedios Varo cobra vida en El tejido de los sueños, un espectáculo multidisciplinario que se presentará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Con una fusión de danza, circo, poesía, música y videoarte, este espacio escénico estará cargado de simbolismo y belleza.

Esta única función promete ser tanto un viaje artístico como una ceremonia colectiva de transformación emocional.

Un homenaje a Remedios Varo

El espectáculo invita al público
El espectáculo invita al público a un viaje emocional y sensorial inspirado en la estética y el simbolismo de Remedios Varo (FB/ Teatro de la Ciudad Esperanza Iris)

Dirigida a toda la familia, la función se realizará el próximo 5 de septiembre a las 20:00 horas, con entradas disponibles desde 280 pesos a través de Ticketmaster.

La duración aproximada del evento será de 120 minutos, y los asistentes podrán acceder hasta 15 minutos antes del inicio.

El espectáculo cuenta con servicios como valet parking y está limitado a ocho boletos por comprador.

Según la página oficial del evento, esta obra invita al espectador a recorrer un paisaje emocional y sensorial que evoca el espíritu y la estética de la reconocida artista surrealista.

El tejido de los sueños promete ser una experiencia transformadora donde cuerpo, memoria y sueño se entrelazan a través del arte, en un acto que trasciende lo teatral y se convierte en un rito colectivo.

Una pintora surrealista

Las pinturas de Varo en
Las pinturas de Varo en México se caracterizan por escenas fantásticas y figuras femeninas en interacción con fuerzas místicas (Archivo Infobae)

Nacida y criada en Madrid, Remedios Varo aprendió desde pequeña el dibujo observacional bajo la guía de su padre.

Posteriormente, se formó como pintora profesional. Durante la década de 1930, se trasladó a Barcelona y luego a París, donde se alejó de los rigores de la pintura académica y de las imposiciones familiares, abriéndose a nuevas corrientes artísticas.

En estas ciudades entró en contacto con intelectuales modernistas y estableció vínculos estrechos con figuras del movimiento surrealista.

Su participación activa en este círculo se refleja, por ejemplo, en un collage colectivo sin título realizado en 1935 junto a Esteban Francés, Oscar Domínguez y Marcel Jean, utilizando la técnica del cadavre exquis, en la cual cada artista añadía elementos a una hoja doblada sin conocer lo que los demás habían aportado, revelando al final una obra compartida.

En 1941, Varo se exilió en México, escapando de los regímenes fascistas de España y Francia. En ese nuevo entorno encontró un espacio fértil para su creatividad, rodeada de una comunidad de artistas e intelectuales exiliados.

Allí forjó una profunda amistad con la también surrealista Leonora Carrington.

Las primeras obras que realizó en suelo mexicano reflejan las huellas del exilio y el impacto emocional de la guerra; sin embargo, a partir de 1947 —año en que decidió establecerse definitivamente en el país— su producción artística se intensificó.

Sus pinturas de esta etapa se caracterizan por escenas fantásticas protagonizadas, en su mayoría, por figuras femeninas que interactúan con fuerzas místicas o sobrenaturales.

Una de sus piezas representativas, El malabarista (el mago), muestra a un hechicero que despliega maravillas frente a un grupo de aldeanos, rodeado de símbolos como un rostro en forma de estrella de cinco puntas, asociado con la iluminación espiritual.

Al momento de su fallecimiento en 1963, Remedios Varo había producido más de 500 obras, la mayoría creadas durante su estancia en México. Su enfoque artístico, meticuloso y profundamente simbólico, buscaba revelar dimensiones ocultas de la realidad.