La olvidada travesía japonesa que echó raíces en Chiapas: la Colonia Enomoto

La llegada de trabajadores japoneses a finales del siglo XIX, liderados por Enomoto Takeaki, cambió el rumbo de la región y consolidó un legado que perdura en la cultura y economía local

Guardar
La migración japonesa a México
La migración japonesa a México inició en 1897 con un proyecto agrícola en Chiapas (Google Maps)

Hace más de un siglo, un grupo de migrantes japoneses emprendió un viaje trasatlántico con destino a México, impulsados por la esperanza de construir una nueva vida lejos de casa.

La travesía fue parte de un ambicioso proyecto de colonización agrícola promovido desde Tokio, como una alternativa económica para jóvenes trabajadores en busca de oportunidades.

Aunque enfrentaron múltiples obstáculos al llegar, esa experiencia se convertiría en una de las primeras y más importantes historias de inmigración japonesa en América Latina.

La fallida colonia japonesa en Chiapas

Más de 10 mil japoneses
Más de 10 mil japoneses migraron a México en la primera década del siglo XX, antes de la Revolución Mexicana (Google Maps)

La historia se remonta a 1897, cuando Enomoto Takeaki, exministro de Asuntos Exteriores del Gobierno Meiji y pionero en las relaciones diplomáticas entre México y Japón, organizó el primer grupo de migrantes japoneses rumbo al continente americano.

La iniciativa buscaba ofrecer una alternativa económica a los trabajadores japoneses y al mismo tiempo, afianzar los lazos diplomáticos con el gobierno de Porfirio Díaz, de acuerdo con el artículo Japón y México: el inicio de sus relaciones y la inmigración japonesa durante el Porfiriato).

Ese grupo inicial estuvo conformado por 28 trabajadores contratados como colonos y seis migrantes libres, quienes zarparon del puerto de Yokohama en marzo de 1897.

Tras semanas de travesía, arribaron a las costas chiapanecas el 10 de mayo. Desde ahí, emprendieron un arduo camino de más de 130 kilómetros hasta las cercanías de Escuintla, donde debían instalarse y comenzar a trabajar la tierra.

La meta era cultivar café, pero el proyecto enfrentó enormes obstáculos: llegaron en una temporada desfavorable para la siembra, sin las semillas adecuadas, sin conocimientos del clima local ni del idioma español.

A esto se sumaron enfermedades tropicales, lluvias torrenciales y escasez de alimentos. Tres años más tarde, la colonia agrícola estaba desintegrada.

El legado japonés permanece en
El legado japonés permanece en comunidades chiapanecas como Acacoyagua y Escuintla, integrándose al tejido social local (Google Maps)

Sin embargo, la historia no terminó ahí. Los seis migrantes decidieron quedarse.

Fundaron en Escuintla la Sociedad Cooperativa Japonesa Mexicana, liderada por Terui Ryojiro.

Según los historiadores Makoto Toda y Shozo Ogino, esta se convertiría en una de las empresas de capital japonés más importantes establecidas por inmigrantes en todo el continente americano.

Aunque la experiencia no se replicó a gran escala, este episodio marcó un precedente en la relación entre ambos países y sentó las bases para futuras migraciones.

Se calcula que durante la primera década del siglo XX, más de 10 mil japoneses llegaron a México antes de que el estallido de la Revolución Mexicana en 1910 desviara la mayoría de los flujos migratorios hacia Brasil y Perú.

Hoy, más de 125 años después, la historia de aquellos pioneros sigue viva en comunidades como Acacoyagua y Escuintla, donde su legado agrícola, cultural y humano permanece como parte del tejido social de Chiapas.

La sede del Caudillo

Las festividades religiosas y populares,
Las festividades religiosas y populares, como la Feria del Parque Enomoto, son parte esencial de la vida en Acacoyagua (Google Maps)

Con una rica fusión de raíces prehispánicas, coloniales españolas y una notable influencia japonesa, el municipio de Acacoyagua, ubicado en la región del Soconusco, se consolida como uno de los pueblos con mayor valor histórico y cultural de Chiapas. Su nombre proviene del náhuatl y significa “Sede del caudillo”, “Lugar de señores” o “Lugar perteneciente a Quetzalcóatl”, según la interpretación del cronista indígena Ixtlilxóchitl, según el gobierno de Chiapas.

Durante la época colonial, Chiapas se dividió en dos provincias: Chiapa y Soconusco, y Acacoyagua formó parte del sistema de tributo y control político impuesto por la corona española.

En ese periodo se introdujeron cultivos como caña de azúcar, trigo, cebada y añil, así como nuevas técnicas agrícolas y ganaderas que transformaron la economía local.

La vida cotidiana del municipio está fuertemente marcada por sus tradiciones religiosas y festividades populares.

Entre ellas destacan la celebración del patrono San Marcos Evangelista el 25 de abril, el Día de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre, la Semana Santa, la Santa Cruz, el Día de Muertos y la Feria del Parque Enomoto, que se lleva a cabo el 30 de noviembre con juegos, muestras culturales y comercio local.