
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), epuso en marcha un plan para mapear y analizar los vestigios de Acozac, en el Estado de México, mediante tecnología LiDAR.
El objetivo central es determinar el estado de conservación de los 47 montículos y seis basamentos distribuidos en los 282.899 metros cuadrados de la poligonal ubicada en el Cerro de Moctezuma, municipio de Ixtapaluca, y complementar la información existente sobre la ocupación prehispánica del área.
La iniciativa cuenta con la autorización del Consejo de Arqueología y busca asegurar la preservación de este patrimonio.
La plataforma de 20,93 por 10,96 metros situada junto al Templo de Ehécatl, en la Zona de Monumentos Arqueológicos Acozac, podría haber funcionado como un tzompantli, según hipótesis derivadas de estudios previos.

Esta estructura, que requiere atención inmediata por su estado de conservación, será objeto de verificación en la nueva investigación arqueológica que se desarrollará en el sitio, según detalló el equipo responsable del proyecto.
El Proyecto Arqueológico Acozac, dirigido por el profesor Rafael Fierro Padilla, de la ENAH, y el investigador Roberto Israel Fuentes Martínez, tiene como meta actualizar los planos de la urbe prehispánica, de posible filiación azteca, cuya última documentación se realizó en 2022 por la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos del INAH.
La actualización de estos registros permitirá establecer acciones concretas para la protección y el estudio académico de la zona, en coordinación con autoridades municipales, el Centro INAH estatal y la empresa PDM 4Cero, responsable de la elaboración de los mapas tridimensionales.
Durante la primera temporada, el equipo aplicará tanto el mapeo LiDAR como análisis de fotogrametría aérea y terrestre. Estas técnicas permitirán constatar los datos obtenidos y detectar estructuras que requieran intervención urgente.

El investigador Fuentes Martínez explicó que la combinación de estas herramientas tecnológicas facilitará la identificación precisa de áreas vulnerables y la planificación de futuras acciones de conservación.
Para la segunda temporada, prevista para 2026, se contempla un salvamento arqueológico orientado a recabar información histórica adicional, especialmente sobre el fechamiento del sitio.
Hasta el momento, los especialistas sitúan la ocupación de Acozac entre el Posclásico Medio (900-1350 d.C.) y el Posclásico Tardío (1350-1521 d.C.).
Además, se iniciarán labores de estabilización y consolidación en los espacios más afectados, con especial atención a la plataforma junto al Templo de Ehécatl, cuya función como tzompantli será objeto de verificación.
A mediano y largo plazo, el equipo espera delimitar la poligonal de Acozac para frenar la expansión de la mancha urbana, fenómeno que ya comienza a observarse en los límites del sitio.
El proyecto contempla la posibilidad de establecer un parque ecoarqueológico que abarque tanto la poligonal como la zona periférica, con el fin de promover la protección del patrimonio biocultural.
Esta visión integral busca no solo preservar los vestigios arqueológicos, sino también fomentar el desarrollo sostenible y la apropiación social del sitio.
Acozac fue declarado Zona de Monumentos Arqueológicos en 1993, pero las últimas investigaciones relevantes datan del año 2000. Fierro Padilla concluyó que “esta iniciativa plantea clarificar y ampliar la información del urbanismo y la configuración de las ciudades en las provincias del Imperio azteca”.