
El potencial de la arúgula para la salud va mucho más allá de su papel en las ensaladas. Un dato poco conocido, pero fundamental, es que contiene el doble de vitamina C que las naranjas y tres veces más calcio que la leche, lo que la convierte en un aliado inesperado para fortalecer huesos, dientes y el sistema inmunológico.
Además, su riqueza en antioxidantes y omega 3 la sitúa entre los alimentos recomendados para promover la longevidad y la protección celular.
Estos atributos, respaldados por estudios recientes, han llevado a que la arúgula sea reconocida como un alimento funcional, capaz de influir positivamente en la salud, según el sistema japonés FOSHU (Alimentos para Usos Específicos de la Salud).
La arúgula, también conocida como rúcula, pertenece a la familia de las crucíferas, junto con el brócoli y la coliflor. Su origen se remonta a Asia centro-occidental y la cuenca mediterránea, donde ya en la época romana se valoraban sus efectos digestivos, diuréticos y afrodisíacos.
Hoy, su cultivo se extiende durante todo el año, lo que facilita su presencia constante en los supermercados.

Uno de los aspectos más destacados de la arúgula es su bajo aporte calórico: aporta solo 25 calorías por cada 100 gramos, lo que la convierte en una opción ideal para dietas hipocalóricas y control de peso.
A esto se suma su alto contenido en fibra, que favorece la digestión y contribuye al equilibrio del microbioma intestinal gracias a sus prebióticos.
Además, su perfil nutricional incluye minerales como hierro, potasio, zinc y fósforo, así como vitaminas del grupo B y vitamina K.La acción antioxidante de la arúgula, atribuida a su concentración de provitamina A, vitamina C, betacaroteno, luteína y zeaxantina, resulta beneficiosa para la piel, aportando tonicidad y elasticidad, y para la salud ocular, al proteger la retina de los rayos UV.
Su poder antiinflamatorio ha sido aprovechado en la medicina popular para tratar afecciones como el eczema y el acné.

En el ámbito cardiovascular, la arúgula destaca por su capacidad para reducir la hipertensión gracias a su contenido en calcio, magnesio y potasio, superando incluso al plátano en este último mineral. Además, la combinación de vitamina C, vitamina K y folato contribuye a la protección del corazón.
Estudios recientes han confirmado su efecto afrodisíaco y su capacidad para aumentar la fertilidad, así como su utilidad para personas con diabetes, ya que el aceite de sus semillas ayuda a reducir los niveles de insulina y la hiperglucemia.
Para aprovechar al máximo sus propiedades curativas, los expertos recomiendan consumir la arúgula silvestre, fresca y preferentemente cruda, ya que así conserva intactos sus nutrientes.
Su versatilidad permite incorporarla en ensaladas, pizzas, carpaccios, tortillas y risottos, potenciando tanto el sabor como los beneficios para la salud.


