No fue Hernán Cortés: qué conquistador español inició las agresiones contra los mexicas

La urbe Mexico-Tenochtitlan cayó el 13 de agosto de 1521

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Pedro de Alvarado tuvo una
Pedro de Alvarado tuvo una gran importancia en la conocida como Masacre del Templo Mayor. (Wikimedia Commons)

La figura de Pedro de Alvarado se cuenta entre las más notorias y polémicas del periodo de la conquista española en América, especialmente por su papel clave como capitán durante la caída de Tenochtitlán. Su vida, marcada por la ambición, la osadía y la violencia, ilustra no solo las oportunidades y desafíos de los conquistadores, sino también los dilemas morales y sociales que definieron aquel momento de la historia.

Según destaca la Real Academia de la Historia de España, Pedro de Alvarado nació en Badajoz en 1485 en el seno de una familia noble pero de escasos recursos, y desde joven, él y sus hermanos decidieron buscar fortuna en el Nuevo Mundo.

Alvarado arribó a La Española (hoy Haití y República Dominicana) hacia 1510 junto a cuatro de sus hermanos, y pronto se sumó a la expedición para la conquista de Cuba, donde obtuvo como recompensa una encomienda de indios que le dieron tributos y se pusieron a su servicio. Fue ascendiendo rápidamente de rango, hasta convertirse en capitán y ganarse la reputación de ser un buen soldado con ambiciones.

Creyendo que los mexicas atacarían
Creyendo que los mexicas atacarían primero, Pedro de Alvarado ordenó la ejecución de varios nobles de Tenochtitlan durante una ceremonia religiosa. (Wikimedia Commons)

El gran punto de inflexión en la trayectoria de Pedro de Alvarado llegó en 1518, cuando se integró a la expedición de Hernán Cortés con destino al continente. Sobre su participación en esta empresa, él mismo recordaría después: “yo vine con caballos y armas y otras cosas y vine por capitán de otra nao y gente a mi costa”. Pronto se consolidaría como uno de los hombres de máxima confianza de Cortés.

De acuerdo con la Real Academia de la Historia, la clave del éxito español en la conquista fue la combinación de alianzas y guerra con los señoríos indígenas rivales de los mexicas. Alvarado aprendió la táctica, pero nunca con la misma mesura que Hernán Cortés. El momento culminante se produjo el 8 de noviembre de 1519, cuando los españoles, acompañados por miles de auxiliares indígenas, entraron en Tenochtitlán, residencia del emperador Moctezuma.

Cuando Hernán Cortés debió ausentarse para enfrentarse a la expedición punitiva enviada por el gobernador Diego de Velázquez (mayo de 1520), dejó a Pedro de Alvarado con ochenta hombres encargados de custodiar al emperador Moctezuma, quien había sido hecho preso por los españoles y sus aliados pocos días después de que entraron a Tenochtitlan.

Pedro de Alvarado falleció en
Pedro de Alvarado falleció en 1541, siempre defendió su trato duro contra los indígenas. (Crédito: Wikimedia Commons)

En ese contexto, el 16 de mayo de 1520, durante la gran fiesta de Toxcatl, Alvarado ordenó atacar a los nobles mexicas presentes en la ceremonia religiosa, desatando la conocida como “Matanza del Templo Mayor”. Las causas de esta decisión han sido discutidas: temores de ser atacados, deseo de los tlaxcaltecas de vengarse y, según la fuente, “la imprudencia y la prisa de Alvarado por buscar una solución violenta, acorde a su carácter”. El conquistador exclamó:

“Voto a Dios que hemos dado en estos bellacos. Pues que ellos nos querían dar, comencemos nosotros los primeros [...] de ruin a ruin el que primero acomete vence”.

El ataque provocó un estallido de violencia. Los españoles quedaron sitiados en la ciudad con Moctezuma. Al regreso de Cortés, quien le reprochó a Alvarado su actuar, la situación se volvió insostenible, el tlatoani fue muerto de una pedrada por intentar apaciguar los ánimos y los conquistadores intentaron huir en la célebre Noche Triste el 30 de junio de 1520, sufriendo entre 600 y 800 bajas. En ese episodio, Alvarado pasó a la leyenda por el famoso “Salto de Alvarado”, una hazaña que le permitió, lanza en mano, cruzar un foso y ponerse a salvo.

Antes de unirse a la
Antes de unirse a la expedición de Hernán Cortés, Pedro de Alvarado ya había participado en la conquista de Cuba de forma destacada. (Wikimedia Commons)

Pese al desastre inicial, Alvarado siguió al mando junto a Cortés, quien fue capaz de reorganizar el ejército y, con ayuda de sus aliados indígenas, sitiar Tenochtitlán. El 13 de agosto de 1521, la gran ciudad cayó, marcando el colapso del imperio mexica. Para el que ordenó el ataque del Templo Mayor, esto supuso una etapa de acumulación de oro, fama, prestigio y poder.

Tras la conquista, Pedro de Alvarado continuó su carrera en Guatemala y otras regiones, desarrollando campañas de sometimiento y gobierno, falleció en 1541 tras un accidente en Nueva Galicia. Obtuvo títulos de nobleza y cargos importantes, aunque su reputación quedó empañada por el trato duro a los indígenas y diversos juicios. Él mismo se defendió así en sus cartas:

“y así convino que se hiciera por el bien de la tierra y de los conquistadores, (...). Los señores naturales de estas tierras me hicieron muchos engaños y burlas y yo tenía que castigarlos, que no se querían dar de paz. Aunque algunas cosas inconvenientes hubiéramos hecho, se debían de disimular y perdonar. Que todas las guerras y castigos que se han hecho con los naturales han tenido como resultado que la tierra esté bajo el dominio y servidumbre de Su Majestad”.