Como parte de una innovadora estrategia de responsabilidad social y sustentabilidad, la empresa mexicana Roshfrans, especializada en lubricantes automotrices, lanzó una campaña orientada a mejorar las condiciones de vida de los perros que habitan en talleres mecánicos y refaccionarias del país.
Bajo el lema “Cuida a los que cuidan tu negocio”, la compañía inició la entrega de camas recicladas fabricadas a partir de materiales publicitarios en desuso, beneficiando tanto al medio ambiente como a los conocidos “lomitos mecánicos”.
¿En qué consiste?
La iniciativa parte del reciclaje de lonas de PVC de 10 onzas, más de mil metros cuadrados, utilizadas anteriormente en las campañas de publicidad, las cuales fueron transformadas en camitas de 72 por 92 centímetros y con un peso de alrededor de dos kilogramos. El interior de cada cama está relleno con espuma triturada, lo que garantiza confort y aislamiento térmico para perros de distintos tamaños.
⇒ Fueron diseñadas pensando en la durabilidad, higiene y resistencia ante condiciones adversas. ⇐
La compañía informó que se logró reciclar más de una tonelada de lonas, evitando que ese volumen de residuos terminara en vertederos o contaminando cuerpos de agua, suelos, drenajes o ríos equivalentes a 375 kilogramos de dióxido de carbono en la atmósfera. En total, más de mil metros cuadrados de material fueron reutilizados en esta primera etapa del proyecto, lo que representa un avance importante en la meta de sostenibilidad de Roshfrans.
Iniciativa a seguir
La propuesta busca “conectar con la comunidad de una manera genuina, valorando a esos perros que acompañan diariamente a los trabajadores y que muchas veces no cuentan con condiciones dignas para descansar o protegerse del clima”, indicaron autoridades de la empresa.
La entrega de camas comenzó simultáneamente en varios puntos del país, razón por la cual se lanzó una invitación para que más talleres y refaccionarias se sumen al programa a través de sus redes sociales. La empresa planea continuar con la distribución en el segundo semestre del año, en colaboración con asociaciones civiles y centros comunitarios.
“La idea nació del deseo de transformar lo que normalmente se desecha en algo que inspire. Es una muestra de cómo la sostenibilidad y el cariño pueden convivir”, explicó Valeria Rivera, líder del proyecto.
Dicha iniciativa ha despertado interés en distintos sectores, que ven en esta propuesta un ejemplo concreto de cómo la industria automotriz puede emprender acciones ambientales sin perder de vista el impacto social. Mientras tanto, los perritos de los talleres, muchas veces invisibles para la agenda pública, empiezan a recibir el reconocimiento y cuidado que merecen.
