Una corrección en vivo, frente al público y al aire en Televisa, marcó a Marco Antonio Regil para siempre. A finales de los 90, cuando el conductor apenas saboreaba el éxito de Atínale al precio, recibió una de las lecciones más duras —y a la vez más valiosas— de su carrera.
Y vino de Enrique Segoviano, la mente disciplinada detrás de programas como El Chavo del 8, El Chapulín Colorado y muchos de los mayores éxitos de la televisión mexicana.
Años después, Regil no solo no guarda rencor: lo agradece.
¿Qué le dijo Segoviano a Marco Antonio Regil?
En un antiguo episodio del programa Pinky Promise, Marco Antonio Regil recordó el impacto que tuvo Enrique Segoviano en su vida profesional:
“La mejor experiencia tanto en 100 mexicanos como en Atínale al precio fue haber conocido a Enrique Segoviano, que es una leyenda viva de la televisión mexicana. [...] El Chapulín Colorado, El Chavo del 8, es una enciclopedia viva. [...] Él era bueno, honesto, decente, puntual, organizado. Segoviano era el más puntual del mundo, la disciplina".
Durante las grabaciones de Atínale al precio en 1997, Segoviano no toleraba retrasos ni actitudes de divo. A Regil le quedó claro una mañana que creyó que todo seguiría funcionando como siempre:
“estabamos en los primeros meses de atinale al precio en 1997 yo estaba feliz de la vida de que habia llegado el exito. Estaba en el camerino, había ensayos y cuando íbamos a grabar había una rutina desde que entraba el público, corría un video, entraba la música”, comenzó a contar.
El famoso presentador recordó que él permanecía en su camerino hasta que una mujer llamada Connie iba por él para que se colocara detrás de una puerta, desde la cuál el salía al inicio del programa. Sin embargo, un día la situación no sucedió como de costumbre:
“Connie no llegaba y dije: ‘Qué raro que se retrasaran si Segoviano no se retrasa’, me quedé en el camerino. De repente llega Connie de: ‘Marco, perdón, un problema del estómago y no pudo ir por mí’”.
El presentador se desconcertó de que el show hubiera empezado sin él, pues era el conductor.
“Salgo corriendo, entro al foro 5 y escucho ‘con ustedes, Marco Antonio Regil’ y cuando voy entrando escucho la puerta que se abre y yo no estaba en la puerta”, sentenció.
En ese momento, frente al equipo, al público en vivo y a todos los involucrados en la producción, Segoviano no tuvo reparos en corregirlo en voz alta:
“Segoviano: ‘¡Corte!’ en el altavoz, en frente del público: ‘Por favor que alguien le avise al señor Regil que su programa ya empezó’“.
Años después, Marco Antonio Regil entendió que esa humillación pública no fue un castigo, sino una lección de ética profesional:
“Él sabía que no estaba en mi lugar, sabía lo que iba a pasar. Pregúntame cuándo volví a no estar 15 minutos antes parado, porque era muy disciplinado. [...] Aunque en ese momento fue muy duro, porque fue humillación pública, imagina la disciplina en ese equipo, porque si Segoviano no esperaba a la estrella del programa, ¿a quién iba a esperar?”
