
Bajo el Régimen de pensión 97 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los trabajadores que comenzaron a cotizar a partir del 1 de julio de 1997 tienen derecho a una pensión que dependerá exclusivamente del saldo acumulado en su cuenta individual de Afore.
A diferencia del esquema anterior, donde el Estado garantizaba una pensión fija, en este modelo el monto final está sujeto a los ahorros y rendimientos generados a lo largo de la vida laboral.
Existen tres modalidades principales bajo las cuales una persona puede pensionarse en este régimen.
Opciones de pensión

1. Renta Vitalicia: En esta modalidad, el trabajador contrata una pensión de por vida con una aseguradora autorizada por el IMSS.
El monto mensual dependerá del capital acumulado en la cuenta Afore y se actualiza anualmente conforme a la inflación.
Esta opción garantiza un ingreso fijo de por vida y requiere la contratación de un Seguro de Sobrevivencia, que permitirá a los beneficiarios recibir una pensión en caso del fallecimiento del titular. Además, los recursos de la Afore y sus rendimientos están exentos del pago de impuestos.
2. Retiro Programado: Aquí, la pensión se contrata directamente con la Afore del trabajador. Se calcula con base en el saldo acumulado, los rendimientos estimados y la esperanza de vida.
A diferencia de la Renta Vitalicia, esta pensión se entrega hasta que los recursos se agoten. También requiere contratar un Seguro de Sobrevivencia para proteger a los beneficiarios.
Aunque puede ofrecer mayor flexibilidad, implica el riesgo de quedarse sin recursos si se vive más de lo previsto.
3. Pensión Mínima Garantizada: Cuando el ahorro acumulado en la Afore no alcanza para contratar una pensión, el Gobierno Federal garantiza una pensión mínima mensual, siempre que se cumplan ciertos requisitos: haber cotizado al menos 750 semanas (que aumentarán gradualmente hasta llegar a 1,000 semanas en 2031) y tener 65 años de edad.
Esta opción también requiere contratar el Seguro de Sobrevivencia.
Elegir la mejor modalidad de pensión depende del monto ahorrado, la esperanza de vida y el perfil financiero del trabajador. Por ello, es fundamental recibir asesoría especializada y revisar periódicamente el estado de la cuenta Afore para tomar decisiones informadas de cara al retiro.


