
Michelle Salas, hija de Luis Miguel y Stephanie Salas, sorprendió a sus seguidores al hablar abiertamente sobre un problema de salud que enfrenta desde hace varios años. Según informó a través de su cuenta de Instagram, la modelo y empresaria padece melasma, una condición dermatológica que provoca la aparición de manchas oscuras en la piel, generalmente en áreas expuestas al sol.
En una publicación reciente, Michelle compartió que ha estado trabajando junto a su doctora en un plan para controlar esta afección.
La joven explicó que las manchas comenzaron a aparecer hace algunos años y que, aunque no es posible eliminarlas por completo, sí se pueden mantener bajo control con los cuidados adecuados. “Desde hace un par de años me empezaron a salir manchas de sol y, la verdad, ha sido súper frustrante porque no es algo que se quite por completo, pero que sí se puede mantener bajo control”, expresó en su mensaje.
Qué es el melasma, qué tan peligroso es y cuál es el tratamiento
El melasma es una afección de la piel caracterizada por la aparición de manchas oscuras o hiperpigmentadas, generalmente en áreas expuestas al sol, como el rostro, el cuello y los brazos. Estas manchas normalmente son simétricas y comunes en mujeres, aunque también pueden afectar a hombres. La causa principal del melasma está relacionada con la sobreproducción de melanina, el pigmento que da color a la piel, producto de factores como la exposición prolongada al sol, cambios hormonales (por ejemplo, durante el embarazo o por el uso de anticonceptivos), predisposición genética y otros desencadenantes.

El melasma no es peligroso para la salud, ya que es una condición puramente estética y no está asociado con enfermedades más graves, como el cáncer de piel. Sin embargo, puede tener un impacto emocional significativo, generando problemas de autoestima o ansiedad en quienes lo padecen.
El tratamiento del melasma consiste, en primer lugar, en limitar la exposición solar y usar protector solar de amplio espectro diariamente, ya que los rayos ultravioleta agravan el problema. Los dermatólogos suelen recomendar cremas despigmentantes que contienen hidroquinona, ácido kójico, ácido azelaico o ácido tranexámico para reducir las manchas. En casos más severos, se pueden realizar procedimientos como peelings químicos, microdermoabrasión o tratamientos con láser.
Es importante destacar que los tratamientos deben ser supervisados por un dermatólogo, ya que una mala aplicación de sustancias o procedimientos puede empeorar el melasma. Además, se debe tener paciencia, ya que los resultados suelen ser graduales y la condición puede recurrir si no se mantienen cuidados adecuados.