
La madrugada del pasado 2 de junio, una explosión en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) provocada por una toma clandestina de combustible dejó un saldo de al menos un muerto y ocho heridos, incluido un menor de edad, en la comunidad de Ulapa del municipio de Tetepango, Hidalgo
Según autoridades estatales, el siniestro alcanzó cuatro vehículos que presuntamente eran utilizados para el robo de hidrocarburos, el cual se conoce comúnmente como huachicol. De la totalidad de los lesionados, dos se encuentran en estado grave, cinco presentan quemaduras de primer y segundo grado. Así mismo, el menor fue reportado como estable con lesiones en más del 10% de su cuerpo.
Ante esto, vecinos alertaron al número de emergencias (911) tras escuchar una fuerte detonación. Elementos del Ejército Mexicano, policías municipales y estatales, y Protección Civil acordonaron la zona, mientras que la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) abrió una carpeta de investigación.
Aún se desconoce la causa exacta de la explosión, pero los primeros reportes indican que el fuego se originó tras un estallido en el ducto que alcanzó a los vehículos.
Hidalgo, foco rojo en el robo de combustible
El estado de Hidalgo se ha convertido en un punto crítico del huachicoleo en el país. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante los primeros cuatro meses de 2025 se registraron 56 carpetas de investigación por delitos relacionados con tomas clandestinas de combustible. Esto coloca a Hidalgo como el cuarto estado con más casos a nivel nacional, solo por detrás de Puebla, Guanajuato y el Estado de México.
Esta tendencia confirma que el robo de hidrocarburos sigue siendo una amenaza persistente en la región pese a los operativos federales y estatales implementados en los últimos años. Las redes de extracción ilegal afectan no solo a Pemex, sino también a comunidades que viven con el riesgo latente de este tipo de tragedias.

El recuerdo a la tragedia de Tlahuelilpan en 2019
La explosión en Tetepango ha traído recuerdos sobre la tragedia ocurrida en Tlahuelilpan, Hidalgo, en 2019 cuando una toma clandestina en un ducto de Pemex provocó la muerte de 137 personas. Ambos casos reflejan la alta peligrosidad del huachicoleo en México y la necesidad de reforzar la seguridad en la red nacional de ductos.
Este trágico evento se convirtió en uno de los peores desastres industriales en la historia moderna de México y expuso de manera cruda los riesgos sociales y económicos de este tipo de delitos.


