
Este 30 de abril, Día del Niño en México, una conmovedora historia de amabilidad y empatía tuvo lugar en Mazatlán, Sinaloa. Antonio Ortega Patrón, conductor de la ruta Pradera Dorada Directo, decidió transformar su jornada laboral en una fiesta sobre ruedas para los más pequeños.
Con el objetivo de llevar un poco de alegría a los niños que usan el transporte público, Antonio adornó el interior de su camión urbano con coloridos globos y se preparó para sorprender a sus pasajeros más jóvenes con dulces y pequeños obsequios. Su iniciativa fue recibida con sorpresa y entusiasmo por parte de los usuarios, especialmente los niños, quienes no podían ocultar su emoción al recibir una bolsa de golosinas al descender del vehículo.
La decoración incluyó globos en los pasamanos y ventanas del camión, creando un ambiente festivo poco común en este tipo de transporte. Durante su recorrido habitual, Antonio repartía dulces a cada niño o niña que subía al camión y les entregaba un obsequio al final del viaje. La escena generó comentarios positivos tanto en redes sociales como entre los adultos presentes.
“Aquí les dejo este pequeño gesto para que los niños disfruten su día. ¡Feliz Día del Niño!”, comentó el conductor a varios de sus pasajeros, de acuerdo con testimonios recopilados por usuarios que compartieron imágenes y videos del momento en redes sociales.

A menudo, los conductores del transporte urbano en distintas ciudades son objeto de críticas por diversos motivos, desde el estilo de manejo hasta las condiciones de los vehículos. Sin embargo, casos como el de Antonio Ortega Patrón muestran una cara distinta: la de personas que, con sencillez y humanidad, buscan generar un impacto positivo en su comunidad.
“Los niños estaban felices. Uno hasta me dijo que nunca le habían regalado nada en el camión”, relató una madre que viajaba con su hijo durante uno de los recorridos festivos. Otros pasajeros también compartieron mensajes de apoyo en redes: “Se nota que lo hace con cariño. Ojalá más choferes se unieran a estas iniciativas”, escribió un usuario en Facebook.
La acción de Antonio no solo alegró a los pequeños, sino que también dio pie a reflexionar sobre la importancia de los gestos cotidianos. En fechas especiales como esta, incluso un simple dulce o una decoración pueden marcar una diferencia significativa en la vida de un niño.
Este gesto, aunque sencillo, se ha convertido en uno de los momentos más compartidos en Mazatlán durante la celebración del Día del Niño. Varios usuarios propusieron que este tipo de iniciativas se reconozcan públicamente o incluso se extiendan a más rutas de la ciudad en años próximos.
Con su acción, Antonio Ortega Patrón dejó claro que la empatía y la alegría también pueden circular por las calles, una parada a la vez.