
Dentro del Centro Histórico de la Ciudad de México, considerado el corazón cultural, histórico y administrativo de la capital, se encuentra una de las pulquerías más antiguas del país que aún siguen ofreciendo servicio.
Específicamente en la Alcaldía Cuautémoc, muy cerca de la Plaza Garibaldi y cerca de la estación Allende de la Línea 2 del Metro, está la pulquería La Antigua Roma, la cual ha sido testigo de la historia desde hace más de 100 años.
El lugar es uno de los más emblemáticos del barrio de La Lagunilla, pues a lo largo de los años ha ofrecido a sus visitantes auténticos curados y antojitos mexicanos.
Historia de La Antigua Roma, la pulquería con más de 100 años de historia
La Antigua Roma se estableció a principios de los 90, convirtiéndose en un sitio frecuentado tanto por trabajadores de distintas clases sociales como por entusiastas de la cultura mexicana.
Durante su época de auge, a inicios del siglo XX, las pulquerías representaban importantes centros de reunión y expresión cultural, decoradas con temáticas particulares y nombres ingeniosos.

Con más de un siglo de historia, la pulquería La Antigua Roma ha sido testigo de innumerables episodios históricos, incluyendo los acontecimientos de la Revolución Mexicana. Sus muros resguardan anécdotas y vivencias de los antiguos clientes que la visitaron a lo largo de cuatro generaciones, manteniéndose como un referente a pesar de los cambios constantes en la Ciudad de México.
Jorge López, propietario del establecimiento, relata que en sus inicios existían estrictas restricciones sociales: no se permitía la entrada de mujeres, y en caso de hacerlo, la pulquería podía recibir una multa considerable.
A raíz de la situación, surgió un lugar al llamado “departamento de damas”, un espacio reservado exclusivamente para ellas dentro del lugar, separado del área principal como una forma de respetar las normas de la época.
A pesar de las transformaciones urbanas y culturales, La Antigua Roma sigue siendo un espacio que conecta a los visitantes con las tradiciones y costumbres alrededor del pulque, manteniendo vivo el legado de las pulquerías de antaño en el Centro Histórico.

una de sus principales características es el pulque tradicional traído desde Tlaxcala, así como los curados de sabores: avena, fresa, guayaba y hasta apio.
Además de las bebidas, los alimentos también son parte importante, aunque para que la experiencia sea completa también se cuenta con una rocola que deleita a los visitantes con clásicos mexicanos.