
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) han anunciado el regreso de una de las obras más emblemáticas de Giuseppe Verdi, “Rigoletto”, al escenario de la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
Según informó la Secretaría de Cultura, esta nueva temporada se llevará a cabo del 8 al 18 de mayo de 2025, bajo la producción de la Compañía Nacional de Ópera (CNO).
La puesta en escena contará con la dirección musical de Benjamin Pionnier y la dirección escénica de Enrique Singer, quien ha decidido trasladar la trama a la Ciudad de México de los años sesenta, un periodo marcado por profundos cambios sociales y políticos.
Una reinterpretación contextualizada en el México de los años sesenta

De acuerdo con lo detallado por la Secretaría de Cultura, esta ópera, que se ha presentado en múltiples ocasiones en el Palacio de Bellas Artes desde 1937, abordará temas universales como el abuso de poder, la corrupción moral y la violencia machista, pero desde una perspectiva que busca resonar con el contexto mexicano de mediados del siglo XX.
Enrique Singer explicó en conferencia de prensa que esta decisión busca destacar la vigencia de los temas tratados por Verdi en el siglo XIX, al situarlos en un México que, en los años sesenta, vivía bajo un régimen patriarcal y machista, a pesar de los avances sociales impulsados por movimientos como la segunda ola del feminismo y las protestas estudiantiles.
En palabras de Enrique Singer, la elección de esta década como marco temporal responde a la intención de reflejar un momento histórico en el que las estructuras políticas y religiosas ejercían un control significativo sobre la sociedad mexicana. Según consignó la Secretaría de Cultura, el director escénico destacó que la protagonista de la obra, Gilda, representa a una joven que busca liberarse de un entorno opresivo, lo que conecta directamente con las luchas sociales de la época.
“Gilda es una muchacha que lo que quiere es liberarse, salir de ese encierro, de ese mundo que la tiene atrapada. Así que nos pareció interesante ese momento en México, en donde las estructuras políticas y religiosas tienen un peso que todavía es total”, afirmó Singer.
La subdirectora artística de la Compañía Nacional de Ópera, Lilia Maldonado, señaló que esta producción se alinea con la línea temática que la compañía ha establecido para su programación de 2025, la cual busca denunciar el abuso y el poder.
Según informes de la Secretaría de Cultura, el primer título de esta temporada, “Lady Macbeth de Mtsensk” de Dmitri Shostakovich, presentado en marzo, también abordó estas problemáticas, consolidando un enfoque crítico en las producciones operísticas de este año.
Un clásico que mantiene su relevancia en el siglo XXI

“Rigoletto”, una de las obras más reconocidas de Giuseppe Verdi, se caracteriza por su exploración de la fragilidad de la condición humana y la hipocresía social, temas que siguen siendo relevantes en la actualidad.
La trama, que gira en torno a la tragedia de un bufón de la corte y su hija, expone las consecuencias del abuso de poder y la violencia machista, problemáticas que, como señaló la Secretaría de Cultura, continúan siendo motivo de reflexión en el México contemporáneo.
La decisión de ambientar la obra en los años sesenta no sólo busca conectar con el público mexicano, sino también resaltar cómo las dinámicas de poder y las desigualdades de género han persistido a lo largo del tiempo. Según detalló Enrique Singer, esta reinterpretación permitirá al público reflexionar sobre las similitudes entre el contexto histórico de la ópera original y los desafíos sociales que enfrentó México durante esa década.
Desde su primera presentación en el Palacio de Bellas Artes en 1937, “Rigoletto” ha sido una de las óperas más representadas en este recinto, consolidándose como un pilar del repertorio operístico en México. Según informó la Secretaría de Cultura, esta nueva temporada no sólo busca rendir homenaje a la obra de Verdi, sino también ofrecer una experiencia renovada que dialogue con las inquietudes del público actual.
La dirección musical estará a cargo de Benjamin Pionnier, quien, junto con el equipo artístico de la Compañía Nacional de Ópera (CNO), trabajará para garantizar que esta producción mantenga la calidad y el prestigio que caracterizan a las presentaciones en el Palacio de Bellas Artes. Por su parte, Enrique Singer, con su enfoque, promete una puesta en escena que no sólo respete la esencia de la obra original, sino que también la enriquezca con una perspectiva contemporánea.
Según destacó la subdirectora artística de la CNO, esta producción forma parte de un esfuerzo más amplio por abordar temas como el abuso de poder y la violencia de género desde el escenario, invitando al público a reflexionar sobre su impacto en la sociedad.