
El 10 de abril es una fecha que reúne acontecimientos significativos en la historia de América Latina, desde avances científicos hasta hitos en la lucha por la independencia y la justicia social.
Esta fecha se conmemora como el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología, en honor al natalicio del médico y farmacéutico argentino Bernardo Houssay, quien fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1947.
Además, se celebra el Día del Investigador Científico, reconociendo la labor de quienes dedican su vida al progreso científico. Paralelamente, el 10 de abril también se recuerda la muerte de Emiliano Zapata, líder revolucionario mexicano, y el nacimiento de Leona Vicario, una figura clave en la independencia de México.
Bernardo Houssay y el legado científico de América Latina

El Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología, celebrado cada 10 de abril, rinde homenaje a Bernardo Houssay, nacido en 1887 en Argentina. Houssay fue el primer latinoamericano en recibir un Premio Nobel en ciencias, gracias a sus investigaciones sobre el papel de la hipófisis en la regulación del azúcar en la sangre.
Este descubrimiento marcó un hito en la medicina y la fisiología, destacando la contribución de América Latina al conocimiento científico global.
De acuerdo con la ONU, esta conmemoración busca no solo honrar al científico, sino también resaltar la importancia de la ciencia y la tecnología en el desarrollo sostenible. En este contexto, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 9 de enero de 2024 la resolución A/RES/78/259, que proclama el 16 de septiembre como el Día Internacional de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación para el Sur.
Leona Vicario: periodista, insurgente y madre de la patria

El 10 de abril de 1789 nació en la Ciudad de México María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, conocida como Leona Vicario, una de las figuras más destacadas de la lucha por la independencia de México.
Según la Secretaría de Gobernación, Vicario fue una mujer adelantada a su tiempo, que utilizó su educación en Bellas Artes y Ciencias para desarrollar un pensamiento crítico y ejercer el periodismo en publicaciones como El Semanario Patriótico Americano y El Ilustrador Americano.
Su participación en el movimiento insurgente fue decisiva. Desde la capital mexicana, proporcionó información estratégica y recursos materiales a los líderes independentistas. En 1813, contrajo matrimonio con Andrés Quintana Roo, pero ese mismo año fue encarcelada por su apoyo a la causa libertaria.
A pesar de las adversidades, incluyendo su encarcelamiento y el exilio, Vicario continuó luchando por la independencia, incluso uniéndose a las tropas de José María Morelos y Pavón.
Tras la independencia, Leona Vicario fue reconocida como una heroína nacional. En 2020, se le otorgó el título de “Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria” por su invaluable contribución. Sus restos descansan en la Columna de la Independencia, y su legado perdura como símbolo de valentía y compromiso con la libertad.
Emiliano Zapata: el Caudillo del Sur y su lucha por la justicia social

El 10 de abril también marca el aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, quien fue asesinado en 1919 en Chinameca, Morelos. Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Zapata es uno de los líderes más emblemáticos de la Revolución Mexicana, conocido por su lucha en defensa de los derechos de los campesinos y su lema “Tierra y Libertad”.
Nacido el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, Morelos, Zapata creció en una familia campesina y desde joven mostró interés por la justicia social. Durante la Revolución Mexicana, lideró el Ejército Libertador del Sur, compuesto principalmente por campesinos, y redactó el Plan de Ayala, un documento que exigía una reforma agraria radical para garantizar el reparto equitativo de tierras.
Entre 1915 y 1916, los zapatistas implementaron cambios políticos y sociales en Morelos, pero la llegada al poder de los carrancistas debilitó su movimiento. Finalmente, Zapata fue traicionado por el militar Jesús Guajardo y emboscado en Chinameca. A pesar de su muerte, su legado perdura como un símbolo de resistencia y justicia social.
La lucha de Zapata trascendió su tiempo, y muchos de sus ideales, como el acceso equitativo a la tierra y los derechos de las comunidades indígenas, están ahora consagrados en la Constitución Mexicana y en tratados internacionales. Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, su figura representa la defensa de los derechos humanos fundamentales y la búsqueda de un México más justo e igualitario.