
Cuatro siluetas multicolor rompieron la oscuridad del Pepsi Center justo a la medianoche y de inmediato, la euforia estalló.
Un par de segundos después en las bocinas se escucharon los primeros acordes del hit “Boom, boom, boom, boom!!” lo que provocó que la multitud explotara de energía, la mayoría vestidos con atuendos neón y referencias de los años 90.
Un grito colectivo sonó cuando los integrantes del grupo Vengaboys aparecieron en el escenario del festival I love dance para contagiar de su entrega en esta fiesta que sólo ellos saben prender.
Así fue la fiesta de los Vengaboys
Este recinto del WTC se transformó en una cápsula del tiempo llena de beats, pelotas gigantes que rebotaban entre la multitud y lluvia de papeles metálicos que caían como recuerdos.
Esta ‘party’ se trató de un regreso emocional a una época en la que todo parecía más sencillo, pues las canciones no sólo se escuchaban, se vivían. Los miles de asistentes coreaban todos los éxitos como himnos que transportaba al pasado.
Fue en el 2022 cuando el cuarteto debutó en este festival. Desde entonces su conexión con los mexicanos se fortaleció al punto que en la actualidad esta complicidad mutua era inevitable.
En la edición 2025 este lazo se reafirmó con cada coro a todo pulmón de los presentes, así como cada paso de baile improvisado entre desconocidos, con cada sonrisa genuina que sólo provocó el reencuentro con la música que marcó una era.

La fiesta continuó así
Vestidos con atuendos coloridos que Kim, Yorick, Mark y Linn convirtieron el escenario en una verbena digital. No bastó con que la música encendiera el ánimo, también lanzaron “venga-dólares” al aire y proyectaron animaciones en una pantalla gigante.
“Hola México, te quiero mucho… ¿Están listos para la fiesta?”, preguntaron con la certeza de quien conoce la respuesta. Porque sí, estaban listos. Y no solo listos: también con muchas ganas de bailar sin pretextos y cantar como si el futuro no existiera.
La pista improvisada no tenía fronteras. Frente al escenario, las parejas giraban abrazadas. En las gradas, amigos se tomaban selfies con los ojos brillantes. En los pasillos, otros bailaban con cerveza en mano o cocteles fluorescentes que parecían parte del espectáculo. Cada rincón tenía su propia versión de la fiesta, pero todas compartían el mismo pulso: el del eurodance puro.

Estas canciones sonaron
El setlist fue una avalancha de emociones cuidadosamente dosificadas: “To Brazil”, “Shalala Lala”, “We’re Going to Ibiza!”, “Up and Down”, “Kiss”... Cada tema una postal sonora.
El momento cumbre llegó con “We’re Going to Ibiza!”, cuando el lugar se convirtió en una selva de luces y colores, mientras caía una lluvia de serpentinas y el beat marcaba un solo destino: la alegría.
Los visuales en pantalla, que por momentos funcionaron como karaoke para miles, aportaron una atmósfera de complicidad masiva. Las letras no eran necesarias, pero ahí estaban, como recordatorio de que todos hablaban el mismo idioma: el del pop electrónico de finales de los noventa.
Mark, entre canción y canción, se tomó el tiempo para mirar al público: “Es increíble, son hermosos rostros que podemos reconocer”, dijo, entre asombro y ternura.
La energía no decayó en ningún momento. Durante cuatro horas, el I Love Dance se mantuvo encendido como un rave sentimental. El cartel incluyó también a leyendas del género como 2Unlimited, O-Zone, David Tavaré, Milli Vanilli, Effi Goffin (voz de Lasgo), Guztavo MX y El Azteca, cada uno aportando su propia dosis de beats y recuerdos. Pero fueron los Vengaboys quienes coronaron la noche, quienes lograron que el pasado no doliera, sino que se celebrara a carcajadas y saltos.