
El 3 de abril entraron en vigor los aranceles del 25% que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso a la importación de automóviles, sin embargo, las grandes armadoras aseguraron a la presidenta Claudia Sheinbaum que por el momento no tienen previsto sacar de México algunas de sus plantas, además que los autos ensamblados en México aún gozan de la protección del T-MEC.
En su conferencia mañanera, Sheinbaum Pardo señaló que en la reunión con gerentes generales de la industria automotriz, éstos le informaron que esperarán a que la tensión comercial con los Estados Unidos se asiente para implementar medidas.
“Personalmente, he hablado con muchos de los CEOs, los gerentes globales, de varias de las automotrices para conocer qué están pensando a futuro con relación a nuestro país, la mayoría de ellos nos han dicho que no piensan en este momento cambiar nada y que tiene que asentarse la situación”.
La presidenta de la República expuso que el traslado de una planta automotriz requiere de mucho dinero y el proceso suele demorar algunos años. Recordó que el reciente anuncio de Nissan, de suspender en Argentina la producción de un modelo de camionetas, tomará algunos años para establecerse en México.

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Datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) indican que en nuestro país existen 37 plantas de la industria, de las cuales 20 son armadoras de vehículos, diez de motores y siete más de transmisiones.
Algunos de los gigantes de la industria automotriz a nivel mundial tienen una fuerte presencia en México, como Ford, General Motors, Stellantis, Toyota, Volkswagen, Nissan, además de Mazda, Audi, BMW, Mercedes Benz, Kia y Honda.
Estas empresas transnacionales tienen presencia en los estados de Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Morelos, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí y Sonora.
La gobernante mexicana sostuvo que “hasta ahora no hay ningún aviso, ninguna información, de que vaya a haber un movimiento por parte de la industria automotriz” en el país tras la implementación de aranceles del 25 % a los autos importados en EE.UU., destino de casi 3 millones de vehículos anuales fabricados en México.

“Incluso, Nissan acaba de mover de otro país a México la producción de una camioneta, entonces hasta ahora está bien (la situación)”, manifestó.
Los aranceles de Trump preocupan a la industria automotriz mexicana, la mayor del país, porque representa casi un 4 % del producto interior bruto (PIB) nacional y un 20,5 % del PIB manufacturero, más que ningún otro sector, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
La exportación de autos desde México cayó un 6,04 % interanual en el primer trimestre del año, según informó este lunes el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en medio de la incertidumbre causada por los aranceles de Estados Unidos.
Mientras la semana pasada, la automotriz Stellantis anunció el despido temporal de 900 trabajadores por pausas temporales en las plantas que tiene en el Estado de México y en Windsor, Canadá.
Pero Sheinbaum argumentó que “mover una planta automotriz no es un proceso sencillo”.
“Requiere, primero, dinero de la automotriz para mover de uno a otro lado la planta, y no lleva meses, lleva años, entonces por eso hasta ahora nos han dicho eso. De todas maneras, nosotros seguimos hablando con el Gobierno de los Estados Unidos”, indicó.
El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, viajó este martes a Washington para dialogar con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, pues el Gobierno mexicano busca un “trato preferencial” en el nuevo esquema de aranceles.