
Si buscas un postre rápido, saludable y delicioso, para disfrutar durante la temporada de calor, este helado de yogur y fresa es la opción perfecta, pues con solo tres ingredientes, podrás disfrutar de una versión casera y ligera que además de ser muy refrescante, también es nutritiva gracias a las propiedades de sus componentes.
Las fresas, además de su sabor dulce y refrescante, son una excelente fuente de vitamina C, lo que las convierte en un potente antioxidante que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Por su parte, el yogur natural, ingrediente base, aporta una dosis significativa de calcio y proteínas que beneficia a los huesos y a los músculos, precisó la Fundación Española del Corazón; mientras que la leche en polvo complementa la receta con minerales esenciales para la salud ósea.
Ligero y lleno de sabor, este postre es ideal para combatir las altas temperaturas, además, no tendrás que preocuparte por las calorías adicionales, pues se trata de una excelente alternativa a los helados comerciales, que suelen tener un alto contenido de azúcares y aditivos.
Cómo hacer helado de yogur casero paso a paso

Publicada en la cuenta de Instagram @camargosaludable, lo mejor de todo es que esta receta es fácil de hacer y no requiere mucho tiempo, así que tendrás un postre delicioso y saludable en cuestión de minutos, con la satisfacción de saber exactamente qué estás consumiendo.
Ingredientes:
- 1 taza de fresas congeladas
- 1 vasito de yogur natural (aproximadamente 120 g)
- 2 cucharadas de leche en polvo
Preparación:
- Coloca las fresas congeladas, el yogur griego y las 2 cucharadas de leche en polvo en la licuadora.
- Licúa a velocidad media-alta hasta que todos los ingredientes se mezclen bien y obtengas una consistencia cremosa y suave.
- Una vez que tengas la mezcla bien cremosa, sirve en un tazón o en pequeños recipientes.
Como consejo adicional, puedes agregar un toque de miel o endulzante si lo prefieres más dulce. También puedes decorarlo con frutas frescas, nueces picadas o un toque de menta fresca para darle un toque especial.
Propiedades nutrimentales de los ingredientes:

De acuerdo con la Academia Española de Nutrición y Dietética, las fresas están compuestas en un 85% por agua, pero lo más importantes es que son una fuente importante de vitaminas como la C, E, K y B6, además de minerales como manganeso, ácido fólico, hierro, cobre, magnesio y fósforo, por lo que se les considera aliadas en la absorción del hierro y la protección cardiovascular.
Según la misma institución, la vitamina C presente en las fresas juega un papel crucial en la prevención de la anemia al facilitar la absorción del hierro de los alimentos, además, su contenido en magnesio, potasio y vitamina K contribuye al fortalecimiento de los huesos. Por otro lado, los flavonoides, como las antocianinas, protegen los capilares de la retina, lo que las hace beneficiosas para la salud ocular.
Las fresas también son ricas en antioxidantes, como los bioflavonoides y las antocianinas, que combaten los radicales libres en el organismo, protegen el corazón de enfermedades cardiovasculares y tienen propiedades antiinflamatorias similares a las de medicamentos como la aspirina o el ibuprofeno. Además, su alto contenido en fibra ayuda a regular los niveles de colesterol y glucosa en sangre, previniendo enfermedades como el cáncer de colon.
Otro aspecto destacado es su bajo índice glucémico, que las hace aptas para personas con diabetes, ya que no generan picos significativos de azúcar en sangre, asimismo, su efecto diurético y desintoxicante favorece la eliminación de toxinas y el mantenimiento de una piel saludable. Incluso, según la Academia Española de Nutrición y Dietética, las fresas actúan como un dentífrico natural, ayudando a blanquear los dientes y prevenir problemas bucales como caries, sarro y gingivitis.
El yogur, por su parte, combina un alto valor nutricional con propiedades probióticas. Según la Fundación Española del Corazón, su composición puede variar significativamente dependiendo de la leche utilizada y de los ingredientes añadidos, como nata, azúcar, frutas o cereales, pero aunque estas variaciones pueden influir en su contenido calórico, oscila entre 55 kilocalorías en un yogur desnatado y 140 kilocalorías en aquellos que incluyen azúcar y otros complementos.
De igual manera, este alimento es una fuente importante de proteínas de alta calidad, que son más fáciles de digerir que las de la leche, además, aporta vitaminas del grupo B y A, así como minerales esenciales como calcio, fósforo, magnesio y zinc, que son fundamentales para la salud ósea y el funcionamiento metabólico.
Otro de los aspectos más destacados del yogur es su contenido de bacterias probióticas, que tienen múltiples beneficios para la salud. Según la Fundación Española del Corazón, estas bacterias favorecen la digestión de la lactosa, lo que lo convierte en una opción adecuada para personas con intolerancia a ella. También contribuyen a la prevención y tratamiento de la diarrea, especialmente en niños afectados por rotavirus, y ayudan a restablecer la flora intestinal en adultos tras el uso de antibióticos.