Este fue el temerario pasatiempo de Pancho Villa con los toros que puso en peligro su vida

El famoso “Centauro del Norte” era un aficionado de la tauromaquia y disfrutaba de batirse con ellos en el ruedo

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Pancho Villa era un gran
Pancho Villa era un gran fan de las corridas de toros y las peleas de gallos Crédito: Cuartoscuro Graciela López Herrera y INEHRM

El 8 de diciembre de 1913, en medio de la guerra contra la dictadura de Victoriano Huerta, Francisco Villa se proclamó gobernador del estado de Chihuahua y terminó su mandato el 7 de enero de 1914. Durante este período estuvo acompañado por el periodista estadounidense John Reed, quien llevaba varios meses documentando a las tropas villistas y registró su efímera gubernatura en el libro México Insurgente.

Los ministros de Francisco Villa llegaban al palacio de gobierno a las 8 de la mañana y media hora después se presentaba el gobernador, quien le pedía a sus secretarios que le leyeran los informes, decretos y documentos que podían abordar desde temas agrarios hasta asuntos monetarios, educativos y diplomáticos.

A pesar de su tarea como gobernante, a las cuatro de la tarde era del diario ver a Francisco Villa en la gallera haciendo pelear a sus propios gallos con gran entusiasmo. De igual modo, Francisco Villa tampoco se perdía ninguna corrida de toros y su gusto por la fiesta brava no se quedaba solamente en las gradas.

Las corridas de toros eran
Las corridas de toros eran muy famosas a inicios del siglo XX en México. Cuartoscuro Daniel Augusto

De acuerdo con Reed, en las mañanas había ocasiones en que Francisco Villa se comunicaba con un torero y preguntaba en el rastro si había toros bravos en el corral, en caso de haberlos, montaban sus caballos y se dirigían al establo. Varios vaqueros apartaban al toro de la manada, lo sometían, le cortaban los cuernos y lo soltaban en el ruedo,

“entonces Villa, Luis León y cualquier otro que quisiera, tomaban los capotes rojos profesionales y se bajaban a la plaza; (…). Villa caminaba derecho hacia el animal que bramaba furioso y con su capa doble le golpeaba insolentemente la cara,(…). Algunas veces los cuernos serruchados del toro atrapaban a Villa por la parte trasera de los pantalones y lo lanzaban con violencia hacia el otro lado de la plaza; entonces él se levantaba y agarraba al toro por la cabeza y luchaba con él, el sudor escurría copiosamente por su cara hasta que cinco o seis compañeros agarraban la cola del toro y tiraban de él...”

¿Quién fue Francisco Villa?

Francisco Villa nació en Durango el 5 de junio de 1878, es uno de los principales caudillos de la Revolución Mexicana. El ejército que dirigió, la “División del Norte”, participó en múltiples y muy importantes batallas durante la década de 1910.

Varios años de su vida Villa fue un bandido en la serranía de Chihuahua hasta que se unió a la rebelión dirigida por Francisco I. Madero y participó en la toma de Ciudad Juárez el 10 de mayo de 1911. Al triunfar el maderismo Villa se retiró hasta que fue llamado para combatir a la rebelión de Pascual Orozco.

Después del golpe de Estado conocido como “Decena Trágica”, que concluyó con el derrocamiento y el asesinato del expresidente Francisco I. Madero junto con el exvicepresidente José María Pino Suárez el 22 de febrero, Villa decidió volver a combatir al gobierno usurpador de Victoriano Huerta. Se encontraba en Estados Unidos al momento de la caída del maderismo.

La “División del Norte” y su líder, Francisco Villa, se pusieron a las órdenes de Venustiano Carranza, pero el cabecilla y su ejército rompieron con él por profundas diferencias ideológicas. Al organizarse la Soberana Convención de Aguascalientes los villistas estrecharon su relación con Emiliano Zapata y durante 1915 Villa se enfrentó contra Álvaro Obregón, donde sufrió costosas derrotas que acabaron con su unidad militar.

Francisco Villa se hizo aliado
Francisco Villa se hizo aliado de Emiliano Zapata en 1914. Crédito: Secretaría de cultura

Los siguientes años Villa se dedicó a intentar reorganizar su ejército por el norte del país, organizó un ataque al poblado de Columbus, Estados Unidos, en marzo de 1916 y, luego de la caída y el asesinato de Carranza, decidió dejar las armas y rendirse al presidente Adolfo de la Huerta el 28 de julio de 1920. Murió asesinado en una emboscada el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua.